El retorno de los talibanes

Los talibanes heredan un valioso arsenal militar de los Estados Unidos

En Afganistán han dejado decenas de miles de armas ligeras y centenares de vehículos blindados

Ricard G. Samaranch
4 min
Miembros de las fuerzas militares talibanas al aeropuerto de Kabul

TunisLa derrota del ejército afgano y la toma del poder de los talibanes, que se ha producido con una rapidez del todo imprevista por la Casa Blanca, tiene muchas ramificaciones tanto dentro como fuera del nuevo emirato islámico. Como por ejemplo que los talibanes se hayan apropiado del ingente arsenal militar que formaba parte de las fuerzas armadas afganas. De momento, el Pentágono no ha hecho pública una evaluación precisa de cuántas unidades de cada tipo de armamento de fabricación norteamericana han caído en manos del movimiento fundamentalista, pero se teme que las armas ligeras se cuenten por decenas de miles, los vehículos blindados por centenares y los helicópteros y aviones de guerra por decenas.

Algunas fuentes del ejército de los Estados Unidos habían especulado con la posibilidad de llevar a cabo bombardeos para destruir las armas más peligrosas y sofisticadas, pero, mientras ha hecho falta la cooperación de los talibanes para evacuar a los afganos que trabajaron con las tropas de Washington, no ha sido una opción viable. El hecho de que todavía queden entre 100 y 200 ciudadanos norteamericanos que querían salir del país y no han podido hacerlo con el última avión de los Estados Unidos que se ha elevado a media noche tampoco hace muy posible esta opción, ahora mismo.

Las imágenes de milicianos barbudos con rifles M16 y conduciendo humvees blindados norteamericanos durante su ofensiva causaron un gran impacto en el país y malograron bastante la imagen del presidente Joe Biden. "Obviamente, no queremos ver nuestra equipación en manos de aquellos que podrían actuar contra nuestros intereses o los del pueblo afgano y aumentar la inseguridad dentro de Afganistán", reconoció John Kirby, portavoz del Pentágono. Pero ya es demasiado tarde para hacer nada. Las imágenes que se están difundiendo desde el aeropuerto de Kabul muestran a miembros del grupo extremista inspeccionando helicópteros y otros aparatos que Washington ha dejado antes de marcharse del país.

Sin embargo, algunos expertos en seguridad consideran que el peligro más grande para los EE.UU. es la posible venta de este material, sobre todo el más sofisticado como helicópteros de ataque, a estados o grupos hostiles a Washington. Y no solo porque puedan utilizarlo para atacar a tropas norteamericanos o de los aliados, sino sobre todo porque pueden revelar secretos de la industria militar de la superpotencia. Los talibanes, en cambio, que ni siquiera tienen los conocimientos técnicos para operar el aeropuerto civil de Kabul, y que ahora conversan con Catar y Turquía para que lo gestionen, difícilmente podrán usar este armamento más sofisticado.

"Nuestros soldados, marineros, pilotos, pasan meses y meses de entrenamiento para poder utilizar los aviones. El armamento sofisticado es un desafío para los talibanes", dijo en declaraciones a la CNN Bill Roggio, del Long War Journal, un medio especializado en la lucha antiterrorista. "Pueden utilizar los helicópteros y los aviones a corto y a medio plazo, pero sin una cadena de suministro, su vida operativa es relativamente corta", añadió.

El papel de Rusia

Otros expertos han señalado que los talibanes podrían recibir apoyo técnico de Rusia y, sobre todo, de los servicios secretos pakistaníes, el ISI, porque en los dos casos han apoyado a la insurgencia militar y no les faltan conocimientos. Aun así, poco podrán ayudar en la reposición de las piezas de fabricación exclusiva norteamericana de unos aparatos que requieren un mantenimiento intensivo. En cambio, Moscú sí puede ser un aliado útil del movimiento islamista a la hora de hacer funcionar algunos aviones militares de fabricación rusa que también formaban parte de los depósitos de armas del ejército afgano.

Ahora bien, la mayor parte del armamento requisado por los talibanes no tiene este grado de sofisticación. De hecho, en su espectacular ofensiva militar de principios de agosto ya usaron las armas ligeras, la munición y los vehículos blindados y semiblindados norteamericanos que habían arrebatado a las tropas afganas destacadas en las primeras provincias que conquistaron.

La factura

A la hora de hacer una estimación del volumen de armamento norteamericano en manos de los talibanes, las cifras bailan. De acuerdo con las declaraciones de un miembro de los servicios de inteligencia de los EE.UU. a la agencia Reuters, los talibanes dispondrían de unos 2.000 vehículos blindados norteamericanos y hasta 40 aeronaves, incluyendo algunos célebres helicópteros Black Hawk y drones ScanEagle. Los números que sugiere el diario británico The Times son mucho más alarmantes: más de 20.000 blindados, unos 50 aviones y 50 helicópteros.

Y es que entre 2002 y 2017, los EE.UU. entregaron al ejército afgano armamento por valor de cerca de 25.000 millones de euros, incluidas más de 200 aeronaves. Pero decenas de estas están en países vecinos del Asia Central, porque las utilizaron pilotos afganos para escaparse, mientras que otras estaban en los EE.UU. para hacer reparaciones.

En cuanto a las armas ligeras norteamericanas en manos de los talibanes, podrían ascender a más de 300.000 rifles y metralletas, más de 100.000 equipos de comunicación y hasta 16.000 visores nocturnos. Estos últimos, junto con los vehículos blindados, representan un salto cualitativo en las capacidades militares del grupo fundamentalista y que podría facilitarle el asalto al valle del Panshir, la última bolsa de resistencia. Ahí se refugiaron centenares de oficiales del ejército afgano, que se sumaron a la red de combatientes fieles al líder muhaidí Ahmed Sha Masud, asesinado por los talibanes días antes de los ataques del 11 de septiembre de 2001 y ahora leales a su hijo Ahmad.

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