Trump en el discurso de 100 días de gobierno: "Nada me detendrá"
El presidente da un mitin en Michigan donde deja planear la idea de un tercer mandato
WashingtonDonald Trump cerró su campaña electoral en Michigan con un mitin en el que prometió a sus seguidores que sería "lo último que haremos". En ese mismo estado, este martes el republicano ha celebrado sus primeros cien días de mandato y lo que ahora planeaba entre el público era la idea de un tercer mandato. "Trump 2028, ¿a alguien le parece bien?", ha preguntado una de las asistentes de comunicación del magnate, Margo Martin, cuando el presidente le ha invitado al escenario. Las bases trumpistas han respondido con aplausos y gritos de emoción ante la idea de que el republicano vuelva a presentarse en las presidenciales pese a que la Constitución lo prohíbe. Cien días de gobierno le han bastado a Trump para romper otro consenso, un tabú para cualquier otro presidente. El magnate ha lanzado un mensaje claro en su discurso de 100 primeros de gobierno en su segundo mandato: "Nada me detendrá".
"Este es el mejor comienzo de 100 días que cualquier presidente haya tenido en la historia, y todo el mundo lo dice... apenas hemos empezado. Todavía no habéis visto nada", ha celebrado el presidente al empezar, pese a que las encuestas dicen todo lo contrario. Desde que Trump llegó a la Casa Blanca, su índice de aprobación no ha hecho más que caer. En especial, este mes de abril, desde que inició su guerra comercial.
Bajada de popularidad
Una nueva encuesta de la CNN mostraba este lunes cómo el 59% de los estadounidenses considera que Trump ha empeorado la economía desde que llegó a la presidencia. En total, 6 de cada 10 encuestados aseguran que su vida se ha encarecido y sólo el 12% cree que las políticas del republicano ayudarán a bajar los precios. Asimismo, un 69% de los ciudadanos ya ve posible que se produzca una recesión económica en este primer año.
Michigan fue uno de los siete estados clave del Midwest que estaban en juego en las pasadas elecciones y Trump logró cambiar su color, que pasó del azul demócrata al rojo republicano. Una de las grandes promesas de la campaña del republicano fue devolver la época dorada a los ciudadanos del West Belt que vieron cómo la promesa del sueño americano se desvanecía con la globalización y la progresiva deslocalización de las fábricas. Cien días después del regreso de Trump a la Casa Blanca, la situación es más difícil. La tasa de paro subió hasta el 5,5%, por encima de la media nacional del 4,2%. Pero negar la realidad nunca ha sido un problema para Trump, quien ha asegurado que está "llevando puestos de trabajo".
"Después de décadas de políticos que destruyeron a Detroit para construir Pekín, finalmente tenéis un defensor de los trabajadores en la Casa Blanca, y en lugar de favorecer a China, estoy priorizando a Michigan, estoy priorizando a América después de una vida de burócratas no escogidos que le han robado las padres Warren, Una ciudad en el norte de Detroit. Hace sólo cuatro semanas, la automovilística Stellantis despedía temporalmente a 900 trabajadores de Detroit a consecuencia de la entrada en vigor de los aranceles del 25% sobre las importaciones de vehículos. Trump, que hoy se proclamaba defensor de la clase obrera, ese mismo día se iba a Florida a jugar al golf. De hecho, el viaje a Michigan de este martes es el primer vuelo doméstico que Trump realiza en sus primeros 100 días de gobierno sin hacer parada en uno de sus campos de golf.
"Ahora se nos respeta en todo el mundo"
"Ahora se nos respeta en todo el mundo", ha dicho el presidente en referencia a la guerra comercial de la que ya ha empezado a dar marcha atrás. Tras el "día de la liberación" con la mesa arancelaria, han venido días de desescalada: la tregua parcial de 90 días en las tarifas recíprocas, la rebaja del tono con China y las medidas paliativas para la industria automovilística. De hecho, Trump ha firmado esta orden ejecutiva, que busca compensar los efectos negativos de las tasas aplicadas sobre las importaciones de vehículos y piezas para el montaje, en el avión rumbo a Michigan.
"Vienen de todos los lugares del mundo para ver a su presidente –ha dicho Trump a la multitud congregada–. Vienen de la India, vienen de Francia, vienen de España. Sí, también vienen de China. Vienen de todo el mundo para ver a su presidente, quieren llegar a un acuerdo. tenemos el producto que ellos quieren. Podemos simplemente fijar el precio, pero quiero ser respetuoso, y quiero ser amable." De la supuesta visita de China nadie sabe nada. De hecho, el presidente no ha parado de realizar llamadas para que su homólogo chino, Xi Jingping, descuelgue el teléfono y le llame.
Del mismo modo que se ha jactado de situar a Estados Unidos en una posición de poder económico, Trump también ha asegurado –falsamente– que ha conseguido bajar el precio de los huevos "un 87%" y ha vuelto a cargar contra el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell: "Tengo una persona de la Reserva. criticar a la Reserva Federal, se supone que debes dejarles hacer su trabajo, pero yo sé mucho más sobre los tipos de interés que él". La semana pasada se desdijo sobre los comentarios que había hecho en privado de su deseo de sacar a Powell de en medio porque sigue sin bajar los tipos de interés.
El discurso presidencial ha vuelto a ser un discurso de campaña con los ataques a los migrantes, las políticas de diversidad y ahora también a los jueces "de izquierdas" que bloquean sus aspiraciones absolutistas. Muchos de los temas y construcciones eran similares al discurso que dio el pasado mes de marzo ante el Congreso.
Trump ha seguido atacando a su predecesor con los viejos reproches de "sleepy Joe". Tampoco han faltado los comentarios despectivos hacia su rival electoral, Kamala Harris. Para ampliar el repertorio, también ha atacado al senador independiente Bernie Sanders ya la congresista demócrata Alejandría Ocasio-Cortez. "Bernie probablemente es lo mejor que tienen [los demócratas], que, por cierto, es unos siete u ocho años más viejo que yo. Pero tengo que reconocerle una cosa: es un loco, pero todavía es bastante listo", ha dicho Trump.
Sanders y Ocasio-Cortez han devuelto algo de esperanza a los demócratas con un nuevo flanco desde el que atacar a Trump: la lucha contra la oligarquía. Ambos congresistas han logrado reunir a miles de personas en los actos que han realizado en diferentes estados del país. "Nuestras multitudes son mucho mayores que las suyas. Sus multitudes son pequeñas", remachó el presidente.