Zelenski, de presidente inexperto a héroe de Ucrania
El jefe de gobierno bate récords de popularidad con su decisión de quedarse en Kiev
Enviada especial a Lviv (Ucrania)"Ayer cuando sonaron las sirenas antiaéreas y tuvimos que bajar al refugio, todos estábamos pendientes de los teléfonos móviles. Alguien puso en el altavoz el último discurso del presidente Zelenski. Eran justamente las palabras que necesitábamos oír por reconfortarnos ", explica Oksana Hdjik, una diseñadora de Lviv de 29 años. Según una encuesta publicada ayer mismo, el 91% de la población ucraniana apoya a su presidente.
Y es que Volodímir Zelenski, un ex actor que ganó las elecciones de 2019 con un partido que llevaba el nombre de su programa de sátira política, ha recorrido en solo tres años una trayectoria de vértigo: de actor a presidente, de presidente inexperto a comandante en jefe y de comandante en jefe a héroe nacional. "Publica vídeos cada día, hace lo que tiene que hacer y dice lo que tiene que decir", dice Hdjik, que admite que ni ella ni sus amigos lo votaron hace tres años. Pero ahora las diferencias políticas han quedado en segundo plano.
Rusófon y judío
Zelenski es rusófono, de forma que puede dirigirse directamente a la población rusa en su lengua: así se ahorra traducciones sesgadas de los medios afines al Kremlin. Tres horas después del inicio de la invasión hizo un discurso en que interpelaba a la ciudadanía rusa: "¿Por qué lucháis? ¿Contra quién?" Y desmontando la narrativa del Kremlin que intoxica la opinión pública tratando el gobierno ucraniano de nazi, recordó el papel de Ucrania en la Segunda Guerra Mundial: "¿Cómo podría apoyar al nazismo un país que dio ocho millones de vidas en la victoria contra los nazis?". Zelenski, nacido en una familia de tradición judía, replicaba a Putin: "¿Cómo quieren que yo sea un nazi?".
Cada día que pasa el presidente ucraniano –que ahora ya no aparece con traje y corbata, sino con una camiseta militar de color caqui y manga corta– parece más cansado, con bolsas oscuras bajo los ojos y una barba mal cuidada. Cada mañana se dirige a su gente, con aire grave y con retórica. "¿Qué ha pasado esta noche? Nuestro pueblo se ha levantado para defender a su país, y ahora ha venido la revancha. Es el terror. Bombardearán más nuestras ciudades ucranianas, asesinarán todavía más criaturas. El mal ha venido a nuestra tierra y tiene que ser destruido", proclamaba en su discurso de domingo. Ha acusado los gobiernos occidentales de haber abandonado el país, ha comparado a Rusia con la Alemana nazi y ha instado a los rusos "que todavía tienen conciencia" a salir a las calles para decir no a la guerra.
Domina la comunicación y tiene un equipo que trabaja a fondo las redes sociales. Su canal de Telegram tiene 1,2 millones de seguidores. El de Twitter tiene 4,2 millones (Ucrania tiene una población parecida a la de España y Pedro Sánchez no pasa de los 1,6). Zelenski emergió en 2019 como un líder populista –las comparaciones siempre son odiosas, pero se lo podría identificar con Beppe Grillo en Italia– que había saltado a la fama por su programa de sátira política en el que encarnaba un maestro que accidentalmente se convertía en presidente.
"Estoy muy orgullosa de nuestro presidente", dice Anna Turchenovska, una estudiante de Administración Pública de 23 años de la Universidad de Lviv, que dice que votó por Zelenski. "Tengo miedo, sí, pero también esperanza, y pienso que es muy importante que en un momento como este tengamos un líder como él, que nos da confianza". Confianza es el que ha despertado Zelenski entre la población ucraniana cuando ha decidido quedarse en un búnker en el barrio gubernamental de Kiev, a pesar de que el presidente ruso, Vladímir Putin, proponía que el ejército ucraniano hiciera un golpe de estado contra él para evitar una guerra y hablaba de "desnazificar" Ucrania, un eufemismo para decir que quiere acabar con su vida. De hecho, Mijaíl Podoliak, uno de los asesores de Zelenski con más proyección pública, ha denunciado que el objetivo de Rusia era enviar paracaidistas al centro de Kiev con la misión de asesinar el presidente ucraniano. Los Estados Unidos pidieron a Zelenski que aceptara ser evacuado por su seguridad, pero él ha preferido quedarse y, para demostrar que continúa en Ucrania, no para de grabar vídeos de él mismo en calles conocidas del centro de Kiev. Así mismo ha repartido armas entre la ciudadanía de la capital para que haga guardia en la ciudad, además de pedirles que fabriquen cócteles Molotov y erijan barricadas para impedir el paso de los tanques.
Incluso los miembros de los partidos de la oposición apoyan a Zelensky sin dudarlo. Como Elizaveta Garapko, una joven máster en Relaciones Internacionales: "Nuestro presidente lo está haciendo muy bien, es nuestra alma y el hombre que nos defiende. Antes los partidos se discutían, ahora es el momento de estar unidos".