Sólo el 13,9% de los espectadores de TV3 en la TDT tienen menos de 45 años

BarcelonaEl envejecimiento de la audiencia de la televisión lineal se acelera a marchas forzadas y TV3 está entre las televisiones más afectadas. Un vistazo a los datos de esta temporada evidencia que el grueso del público en la TDT del canal público catalán corresponde a la gente que tiene 65 o más años: un 59,1% de los espectadores. Sólo Antena 3 supera, y por poco, este registro: la gente mayor conforma un 59,6% de sus seguidores. El acelerado envejecimiento se ha producido en los últimos cinco años. En la temporada 2018-2019, los mayores de 65 años representaban apenas el 42,9% de la audiencia, y ésta era exactamente la misma cuota que diez años atrás. Ahora ya ronda el 60% y eso que, en Catalunya, esta franja de edad incluye sólo el 19,5% de la población.

Un vistazo al otro lado de la pirámide de edad da también cuenta del desequilibrio. Tan sólo el 13,9% de los espectadores de TV3 en la TDT tienen menos de 45 años. Y si miramos a los menores de 25, la cifra desciende a un alarmante 4,6% del total de su audiencia, pese a representar el 21,3% de los catalanes. Y, sin embargo, la pública puede ver la botella medio llena, ya que en el resto de televisiones generalistas este porcentaje es aún menor: en Antena 3 y en La Sexta sólo el 2,8% de sus espectadores catalanes tienen entre 4 y 24 años. (Los menores de 4 nunca computan en los estudios de audiencias). Es el grupo de 25 a 44 el que ha protagonizado el mayor cambio. Una década atrás suponían el 19% de público de TV3 y ahora son solo el 9,3%.

De hecho, son los más veteranos quienes aguantan el liderazgo cómodo de TV3 con los audímetros: la cadena obtiene un 18,2% de share entre el público de esta edad, mientras que en el resto de agrupaciones de edad su índice desciende mucho: un 8,0% entre los niños de 4 a 12 años, un 10,8% para los jóvenes de entre edad 13 y 24 años, un 11,8% para las personas entre 25 y 44 años y un 10% para los televidentes de entre 45 y 64 años. Sin los mayores TV3 seguiría siendo líder, pero con un margen menor.

El envejecimiento de la audiencia televisiva es un fenómeno global, pero especialmente acusado en Catalunya. Los datos españoles, por ejemplo, muestran que ninguna cadena generalista tiene más de un 50% de audiencia que supere los 65 años. La que más se avecina es Antena 3, con un 49,6%. Por el contrario, tanto TV3, como Antena 3, como La1 rozan el 60% de audiencia senior.

La aparición de las plataformas en streaming es la causa de este éxodo masivo desde la TDT hasta las opciones no lineales. Y no se trata de un fenómeno sólo de los jóvenes, puesto que incluso entre el grupo 45-64 años el descenso de audiencia ha sido muy pronunciado. De hecho, cinco años atrás la edad media del espectador de TV3 era de 59 años y ahora es de 64 años. Es decir, ha subido cinco años en tan sólo cinco temporadas, lo que evidencia que no están entrando espectadores por las franjas más jóvenes.

Aún sin datos del 3Cat

La Corporación es consciente de esta transformación a marchas forzadas en su perfil de espectador en la TDT, por lo que el gran proyecto de la actual cúpula directiva es el impulso de la plataforma a demanda 3Cat, con la que pretende conseguir el mismo vínculo que ha tenido con el espectador tradicional en las últimas cuatro décadas, pero ahora con el espectador de hábitos digitales.

Eso sí, es difícil, por no decir imposible, saber si esto se está consiguiendo. Uno de los problemas para evaluar el funcionamiento de los contenidos en el paradigma actual es la opacidad con la que operan los servicios a demanda. La CCMA se ha abonado también a esta práctica con el 3Cat, a pesar de tratarse de un ente público que está comprometido, en teoría, con la transparencia. Las audiencias que se facilitan a la prensa y al público son parciales y decididas discrecionalmente por la dirección del ente. En el caso de estrenos exclusivos en 3Cat, los ciudadanos no pueden saber si han funcionado o no, ni hacer comparativas con otros contenidos.

La Corporación justifica este posicionamiento por la dificultad de encontrar un estándar de medida de audiencias en el entorno digital. Los audímetros cuentan con espectadores, mientras que en el consumo a demanda se suelen computar las visualizaciones (sin saber si detrás de aquella pantalla hay una o más personas) o bien los minutos de consumo. Un problema añadido es el de la fragmentación de los contenidos. Por ejemplo, en la TDT es muy fácil constatar cómo ha funcionado una gala de Euforia. Pero cuando la CCMA da las audiencias digitales habla de visualizaciones acumuladas de todos los contenidos, lo que incluye clips breves en las redes sociales, o vídeos del 3Cat de dos minutos con las actuaciones específicas de uno u otro concursante. Esto hace que sea imposible calibrar el peso real de la audiencia digital sobre el total de espectadores del talento de TV3.