Tenéis que conocer a Charlotte Salomon

Uno de los dibujos que aparecen en el documental 'Charlotte Salomon. Life and the maiden'.
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Hay vidas que parecen haber sido vividas para ser contadas. Historias personales de gran intensidad y con una clarividencia admirable por parte de sus protagonistas. Es el caso de Charlotte Salomon. Murió con solo veintiséis años en Auschwitz, embarazada de cinco meses, asesinada por los nazis. Pero antes de ser deportada al campo de exterminio dejó a su médico de cabecera una caja con mil trescientas pinturas, más de cien páginas de texto y un libreto de ópera. “Cuídela. Es toda mi vida”. Ahora, la plataforma Filmin ha estrenado el documental que pone al descubierto este magnífico y conmovedor legado. Charlotte Salomon. Life and the maiden (La vida de Charlotte Salomon en la plataforma) ha sido premiado en el Atlántida Mallorca Film Fest.

Es un documental muy especial. Diferente. Extraordinariamente adictivo, no solo por el dramatismo de la historia familiar, sino por la fascinación que provocan sus dibujos. La vida de Charlotte Salomon se construye a partir de las obras que ella dejó en esa caja. Las pintó entre 1940 y 1942. Las voces de los actores Vicky Krieps y Mathieu Amalric locutan la narración autobiográfica que ella escribió para complementar sus propios dibujos. Salomón era una mujer vital, inconscientemente moderna. Tenía un talento transgresor, libre y valiente. Las directoras Delphine y Muriel Coulin insertan puntualmente, entre los dibujos, algunas filmaciones en blanco y negro de la época para ayudar a transportar al espectador al contexto social y político de entonces.

Charlotte Salomon habla en primera persona de sus antepasados consciente de que el peso de la historia familiar tiene consecuencias fatídicas en el futuro. Es como si la protagonista intentara luchar contra una desgracia predestinada. El arte la ayuda a resistirse a este ciclo trágico. La belleza de los dibujos contrasta con frecuencia con la dureza de las escenas. Salomon tiene una insólita capacidad de evocar las emociones y las sensaciones a través del pincel. La narración es delicada y los dibujos hablan más allá de sus palabras. ¿Vida o teatro?, se titula su biografía. Y presenta a los personajes: “Una joven llamada Charlotte, su padre, su suegra y un instructor de canto”. Nos habla de su Berlín natal, del ascenso del nazismo, del exilio en el sur de Francia desde una vivencia íntima y muy sentida. Al final, su relato se precipita como si supiera que el tiempo se le acaba.

Es inaudito un documental en el que el hilo conductor está construido solo a partir de cuadros, pero, pese al estatismo de las imágenes, no es nada pesado. Porque es la mirada del espectador la que no deja de observar, buscar, fijarse en los detalles e interpretar escenas en cada una de las obras. E invita a una escucha atenta.

La vida de Charlotte Salomon fue injustamente corta y su obra fatídicamente olvidada. Pero es muy emocionante ver cómo, ochenta años después de su muerte, renace y crece a través de este documental. Es como si ella misma resucitara y te contara su vida.

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