El 'copyright': la puerta trasera para las demandas contra el honor

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El Mail on Sunday está de batalla legal sobre la medida con la cual tiene que publicar en portada el comunicado de Meghan Markle, después de que la duquesa de Sussex ganara una querella contra el diario por haber publicado una carta suya enviada hace tiempo a su padre. Lo que llama la atención de este caso es que la denuncia se cursó como una reclamación en términos de violación del copyright: al fin y al cabo, Markle era la autora y no había autorizado su reproducción. En España, hay un caso similar –salvando las distancias pertinentes– entre Ortega Cano y la revista Mongolia. La publicación anunció un espectáculo con un cartel del Matador lleno de comentarios humorísticos y un poco vejatorios: se hacía referencia, por ejemplo, a su alcoholismo. El torero ganó la querella en parte por el lado del honor, pero también porque el juez consideró que la revista había obtenido un lucro instrumentalizando la imagen de Cano sin su permiso. En otros casos, las celebridades han aprovechado que un determinado artículo se ilustraba con una fotografía de Facebook o Instagram para cursar la reclamación a partir de la violación del copyright, cuando en realidad en la raíz del problema había un conflicto editorial. Y, de hecho, diferentes sentencias han establecido que las fotografías de Instagram no se pueden usar sin permiso, aunque sean imágenes colgadas en un perfil accesible al público general. Los medios las suelen pescar dando por sentado que normalmente no generan controversia, pero no deja de ser una rendija desde donde alguien ofendido puede hacer palanca contra el medio.

Portada del 'Mail on Sunday'

Los particulares tienen que poder reclamar contra un medio, si consideran que les ha lesionado algún derecho, o que ha mentido. Pero tendrían que hacerlo de cara, no usando subterfugios que, si acaban generalizándose, pueden suponer una amenaza contra la libertad de prensa.

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