Curiosearle los 'whatsapps' a Pedro Sánchez

El Mundo abre su portada del domingo con unas capturas de pantalla correspondientes a conversaciones privadas de Pedro Sánchez a través de WhatsApp con José Luis Ábalos. Se han obtenido hurgando en el sumario que investiga el ex diputado socialista, actualmente en el grupo mixto, salpicado por el llamado caso Koldo. El diario titula el tema así: "El "marcaje" de Sánchez a los barones: "Son unos hipócritas"". Y ofrece fragmentos que tienen un interés informativo relativo, ya que su valor no es tanto lo que revelan como la franqueza con la que se expresa el presidente español asumiendo erróneamente que la conversación nunca verá la luz. Por ejemplo, dice: "Acabo de finalizar la entrevista vomitiva que La Razón le hace a Page [...]. Creo que convendría que tanto tú como Santos le diera un toque y que dejara de tocar los cojones".

El caso plantea la duda sobre si las comunicaciones privadas de alguien deberían poder ser publicadas tan alegremente. El instinto es decir que sí, que, sin embargo, tienen relevancia pública, porque muestran las tensiones internas del PSOE y los intentos del líder del partido por ahogar las voces críticas. Pero, al mismo tiempo, hay algo de perverso en las autopistas llenas de detritus que unen ciertas causas judiciales con determinadas redacciones siempre prestas al embadurnamiento por el pico grueso. Al añorado Usted juzga, Carles Canut haciendo de Rafeques decía aquello de "No se puede matar todo lo gordo". Y tanto si cabe: los medios de la derecha llevan meses explotando el presunto correo indiscreto del fiscal general sobre la pareja de Ayuso, pero ahora no tienen ningún reparo en violar la intimidad de una conversación que nunca se quiso pública y, por tanto, se hacía en un tono no presidencial. Por morboso que sea curiosearle los whatsapps en Sánchez, no deja de ser juego sucio.