Gol a gol en propia puerta
El domingo por la noche, un minuto después de las 12, Jordi Grau interrumpía la emisión del Gol a gol para conectar apresuradamente con el 3Cat Info y dar paso a una comparecencia de la consejera de Interior y Seguridad Pública, Núria Parlon. "Tres cat cat info... Tres cat punto info..." dudó Grau a la hora de anunciar la transición, evidenciándose las dificultades de los profesionales de la cadena para familiarizarse con la nueva marca.
Parlon ya estaba interviniendo ante los medios. Detrás estaba, serio, Josep Lluís Trapero. La consejera hacía unas declaraciones sobre los efectos de las fuertes tormentas en Catalunya que habían provocado una desgracia en Sant Quintí de Mediona, donde había fallecido un menor y su padre estaba desaparecido. También para explicar los criterios sobre las alertas a la población que aplica el gobierno. Una vez finalizada su intervención, la presentadora del 3Cat Info Anna Barreda volvía a dar paso al Gol a gol. Y enseguida Jordi Grau conectaba con el estadio Johan Cruyff para obtener más reacciones sobre el partido del Barça.
En un momento en que se supone que la televisión pública debe sacar pecho sobre los servicios informativos y, teóricamente, demostrar el músculo de este nuevo 3Cat Info más allá de una simple renovación estética, el criterio de programación y de priorización de la información es más que dudoso.
Después del Telediario y El tiempo, TV3 emitió un capítulo de la serie Los asesinatos de Steeltown. Aunque no estaba anunciado así en la programación televisiva facilitada a los medios, a continuación emitieron el Gol a gol a pesar de las lluvias torrenciales en Cataluña, el rescate de una treintena de personas en Montserrat y la tragedia de Sant Quintí de Mediona. Sobre todo, teniendo en cuenta que en el anárquico Esport3 emitían una repetición del partido jugado por la tarde de la final de la Liga Catalana entre el Baxi Manresa y el Joventut de Badalona.
Es obvio que falta criterio en cuanto a los protocolos y criterios televisivos: es necesario establecer una coherencia en la gestión de los diferentes canales y sus sinergias. Pero, sobre todo, es evidente un cierto olvido del servicio público a la hora de priorizar y demostrar capacidad de reacción informativa. Ya lo confirmamos este verano con los incendios (que al día siguiente intentaron compensar con una saturación periodística cuando ya era demasiado tarde) y vuelve a pasar ahora con las consecuencias de los chaparrones. Es como si la información de servicio y las emergencias tuvieran que luchar siempre con las ansias por las cifras de audiencia, como si la actualidad tuviera que ganarse su sitio sólo a partir del momento en que la catástrofe está garantizada. La conexión a toda prisa con la consejera de Interior en medio de un Gol a gol lo demuestra. Un gesto para que no sea dicho, más que una sensibilidad informativa real y coherente con la actualidad de esa noche.