Lecciones del atentado de Oklahoma, tres décadas después

19/04/2025
Jefe de Media
2 min

Se han cumplido 30 años de una fecha funesta en Estados Unidos, cuando 2.300 kilos de explosivos mataron a 168 personas al detonar a las puertas de un edificio federal en la capital del estado de Oklahoma. Desde el punto de vista informativo, se hizo evidente cómo en tiempos de grandes tragedias las prisas son terreno abonado para la circulación de rumores a menudo malintencionados. Cadenas como la CBS, ABC o la CNN trasladaron la idea de que las autoridades buscaban un sospechoso procedente de Oriente Próximo. Incluso cuando la policía hizo circular retratos robot del sospechoso, con facciones caucásicas, un diario comoThe Daily Oklahomaninsistía en que todavía se consideraba que el autor podía ser ciudadano de alguno de los países hostiles en los Estados Unidos de la región. sugerían una conspiración de la ultraderecha. Tampoco: el asesino actuó con ayuda de dos personas, pero fue una acción esencialmente de lobo solitario.

Timothy McVeigh llegando a los juzgados.

Nadie echó cuentas con las fuentes que alimentaron –con el coste de islamofobia consecuente– la teoría de Oriente Próximo, procedente según se dice del FBI. ¿Era honesta o tenía un interés de tipo político? Y, sobre todo, ¿ha cambiado nada en los últimos treinta años para evitar estas disfunciones? Diría que no, por el contrario, puesto que los tiempos informativos se han acelerado. Los grandes eventos generan grandes coberturas, y esto significa muchos minutos de emisión y muchos artículos en busca de su clic. Pero si no tomamos conciencia de la vulnerabilidad que esto conlleva, es fácil terminar perdiendo el tesoro de la credibilidad por una fuente interesada. Y malintencionada.

stats