Y Madrid descubrió finalmente a la Renfe

Yo no sé si los catalanes lo tendremos nunca todo pagado, como vaticinaba Francesc Pujols, pero algo es seguro: cuando en Madrid se escandalizan por algo es muy, muy probable que en Catalunya ya hayamos pasado por esa misma pantalla. La prensa antisanchista se queja del enésimo caos ferroviario, que el lunes afectó a la línea de AVE entre Villa y Corte y Sevilla. Aunque el robo de cobre se apunta como causa probable, las balas editoriales las disparan contra el ministro Óscar Puente, al que se lo tiene jurada, porque el hombre cuando coge X y se desbrava tiene más peligro de que un gremlin en Isla Fantasía. Así, elAbcescribía en portada: "Óscar Puente acumula controversias en redes, contra la oposición y las compañías de transporte: el mismo domingo tuiteó al menos trece veces antes del caos en el AVE". Es un reproche extraño. ¿Se supone que, en vez de piar, debería haber estado patrullando por las vías por si alguien se llevaba un pico de cobre?El País, mientras tanto, trata de salvarle hablando en portada de posible sabotaje: qué bien va, siempre, la amenaza exterior para tapar una chapuza ferroviaria. O eléctrico.

El drama de Renfe es que la acumulación de cuestiones circunstanciales es tan bestia que se han convertido en estructurales. allí en el 2007. Aquello ya sabemos cómo terminó y el estado de la red ferroviaria sigue siendo lamentable si, ahora que afecta a Madrid y que los diarios de la capital ponen el cuerno, empiezan a llegar milagrosamente las inversiones que llevan décadas reclamando.