Preguntar si la reina 'mola' a punta de navaja
La obsesión de La Razón por la monarquía alcanza cada día nuevas cimas. Este martes tenían en portada una entrevista con la diseñadora de moda Ana Locking y el titular que le destacaban era: "La reina Letizia muela mucho". Dentro, la pieza es muy extraña porque hablan de moda y, de la nada, el entrevistado le pregunta: "¿La reina Letizia mola?" Y entonces la respuesta es: "La reina Letizia muela mucho, ja, ja, ja. Sí". Ya me gustaría ver si realmente ella repite la frase para justificar que vaya al titular o se limita a reír por compromiso y decir que sí. En cualquier caso, la palabra muela, que es la que da carácter a la frase y justifica el titular, no es de la entrevistada, sino del entrevistador. Es la clásica trampa consistente en forzar al titular con una frase sonora y ponerla como si la dijera el interfecto aunque se haya limitado a decir un lacónico sí. En este caso, además, existe el absurdo añadido de que la pobre diseñadora dice cosas muy interesantes sobre el tema que domina, pero al diario sólo le ha interesado la floreta a la reina, forzada por una pregunta a quemarropa a la que, por cortesía, era difícil responder con un no.
Para colmo de males, el diario tenía otro artículo lame con la Casa del Rey. "Felip VI, en horas altas, recibe a Marivent un Sánchez fundido", decía el titular, que profundiza en esta narrativa de la deslegitimación del presidente. Basta con ver todas las veces que hacen aparecer al rey en portada para constatar que han creado la ilusión de un jefe de estado con funciones ejecutivas, que asume el timón ante el desbarajuste socialista. La desproporción entre el impacto de las visitas protocolarias borbónicas en los ciudadanos y los centímetros cuadrados dedicados en puestos de honor en la prensa –y no sólo en La Razón– son una de las disfunciones más abracadabrantes de la prensa española.