Dígitos y Andróminas

¿Cómo prepararse para un nuevo apagón eléctrico?

Después de que la electricidad fallara el lunes, recopilamos algunos consejos a tener en cuenta en estas situaciones

Una calle de Barcelona totalmente a oscuras durante la noche del lunes debido al apagón general de electricidad en todo el estado.
01/05/2025
5 min

La península Ibérica todavía se está recuperando del apagón eléctrico total sufrido el pasado lunes, una crisis que puso en evidencia la fragilidad de los servicios esenciales y nuestra dependencia absoluta de la electricidad. El gobierno español todavía no ha explicado las causas de este incidente, que provocó que los ciudadanos se enfrentaran a una realidad inesperada: trenes parados, semáforos apagados, electrodomésticos inutilizados y también, una pérdida masiva de comunicaciones.

La caída de las telecomunicaciones, lo más inquietante

Si bien la carencia de electricidad detuvo múltiples servicios, desde el transporte ferroviario hasta los comercios, la queja más recurrente entre los ciudadanos fue la imposibilidad de comunicarse. Los teléfonos móviles, pese a tener batería, se convirtieron en aparatos casi inservibles a medida que avanzaba el día. La magnitud de la incidencia puede cuantificarse: según Luke Kehoe, analista de Ookla, la velocidad media de descarga móvil en todo el Estado cayó un 73% respecto al día anterior. Más preocupante fue aún el hecho de que a las nueve de la mañana un 95% de los usuarios disfrutaban de conexión móvil estable, y al mediodía la cifra era del 50%. A las tres de la tarde descendió hasta el 40% y hasta bien entrada la noche no volvió a superar el 55%.

¿Qué pasó exactamente? ¿Por qué nos quedamos sin poder comunicarnos? Y más importante aún, ¿cómo prepararnos para futuras incidencias similares? A continuación repasamos algunos aspectos a tener en cuenta.

¿Por qué los móviles dejan de funcionar?

El motivo principal es sencillo: aunque el teléfono tenga batería, las antenas y emplazamientos que proporcionan cobertura funcionan con electricidad. Sin corriente, estas infraestructuras dejan de transmitir. radica el problema central. Fuentes del sector explican a la ARA que sólo un porcentaje muy pequeño —"un único dígito"— de los emplazamientos de móvil en el Estado disponen de algún sistema de reserva.

Las alternativas vía satélite, todavía limitadas

Las redes de telecomunicaciones para consumidores, como el Starlink de Elon Musk, podrían teóricamente sustituir los emplazamientos terrestres en caso de apagón. Sus satélites en órbita baja (LEO) funcionan como antenas orbitales alimentadas por captadores solares.

Sin embargo, la realidad actual todavía presenta limitaciones importantes: es necesario disponer de una antena fija conectada a un rútero. En algunos países se están experimentando las emisiones directas a teléfonos móviles convencionales pero estas tecnologías no se han generalizado y no ofrecen la misma capacidad de datos que las antenas terrestres.

La única funcionalidad satélite realmente operativa para usuarios comunes son los mensajes de texto que puede enviar el iPhone 14 y modelos posteriores mediante la red de Globalstar. Una opción limitada, ya que el destinatario debe estar en condiciones de recibirlos.

¿Por qué tampoco tengo internet en casa?

Además de la desconexión a los móviles, la mayoría de los ciudadanos también se quedaron sin wifi, que es la forma coloquial de referirse a la conexión doméstica a internet. En realidad, las líneas de fibra óptica sí que seguían funcionando, porque los centros de datos de las operadoras se mantenían activos gracias a los generadores de reserva. Lo que cayó con el apagón son los módems y routers de hogares y oficinas, ya que necesitan electricidad para funcionar.

Algunos ciudadanos no sufrieron este problema gracias a tener el aparato conectado a un limitador de sobretensión que también incluye batería, y disponer de ordenadores portátiles cargados. La solución ideal para mantener la conectividad y poder trabajar durante un apagón es, naturalmente, un SAI (sistema de alimentación ininterrumpida), con batería de mayor capacidad y, por tanto, con mayor autonomía para alimentar los dispositivos de red.

Cómo alargar la batería del móvil

La limitación más evidente durante un apagón eléctrico es la imposibilidad de recargar los dispositivos. Por tanto, conservar la batería se convierte en prioridad máxima. Aparte de los consejos habituales sobre desactivar funciones prescindibles (Bluetooth, GPS, etc.), es necesario tener en cuenta dos recomendaciones esenciales. La primera, activar el modo avión para evitar que su teléfono consuma energía intentando constantemente conectarse a redes no disponibles. La segunda, minimizar el uso de la pantalla, que es el componente que más energía consume. Jugar o leer durante horas agotará rápidamente la batería.

Como alternativa fundamental, las baterías externas son un recurso indispensable a mantener siempre cargadas. Una batería de 10.000 miliamperos-hora (mAh) permite recargar un móvil o una tableta un par de veces; una de 20.000 mAh puede alimentar el doble de aparatos o ciclos, e incluso un ordenador portátil.

También vale la pena recordar que muchos portátiles cargados pueden proporcionar energía a un móvil cuando se les conecta, y varios modelos de teléfonos modernos ofrecen carga inversa (alámbrica o sin) para compartir energía con otros dispositivos.

La radio: el medio que nunca falla

En situaciones de emergencia, las emisoras de radio -que disponen de generadores- acaban siendo la fuente de información más fiable y accesible. Esto, naturalmente, siempre que se tenga a mano un receptor funcional.

Los transistores tradicionales funcionan con pilas. Es conveniente comprobar sus reservas o, si se utilizan baterías recargables, mantenerlas llenas. Pero en situaciones como la vivida este lunes resulta especialmente útil disponer de un receptor de radio verdaderamente autónomo, como los modelos con manivela: cinco minutos de accionamiento manual proporcionan aproximadamente treinta minutos de escucha. Hay modelos aún más completos que incorporan captador solar, linterna y entrada USB para cargar el teléfono, lo que les convierte en auténticas estaciones de emergencia.

Respecto a la posibilidad de escuchar la radio con el teléfono móvil, cada vez es más complicado: las aplicaciones de radio obviamente no funcionan sin internet, y la mayoría de fabricantes han eliminado el receptor FM incorporado en sus modelos premium, centrándose exclusivamente en la conectividad online. Paradójicamente, son los móviles de gama media y baja -diseñados por mercados menos opulentos- los que todavía suelen integrar receptores FM. Así, de cara a futuras incidencias, puede ser más útil un teléfono modesto que uno de última generación.

Placas solares: ¿por qué no funcionan durante los apagones?

Muchos ciudadanos que han invertido en instalaciones fotovoltaicas se han sorprendido al descubrir que, pese a disponer de placas y estar pleno día, se quedan igualmente sin electricidad durante un apagón.

La explicación radica en el tipo de instalación: la mayoría son del tipo básico, compuestas únicamente por captadores en el tejado y un inversor que gestiona el tráfico de energía, vertiendo el excedente en la red y recibiendo cuando hace falta más. El problema es que el inversor requiere corriente alterna de la red para funcionar y no puede utilizar directamente la continua que producen las placas.

La única manera de conseguir independencia de la red eléctrica es complementar la instalación con dos elementos cruciales: baterías para almacenar la energía generada pero no consumida, y un módulo de aislamiento que permita independizar la instalación en caso de apagado. El principal inconveniente es que estos componentes pueden llegar a duplicar el coste total del sistema.

En relación con las baterías, los propietarios de coches eléctricos tienen una, y no pequeña. Algunos modelos permiten utilizarla para alimentar la instalación doméstica, ya sea mediante el cargador o bien enchufando aparatos directamente en el coche.

Generadores eléctricos: solución con riesgos

Por último, algunos ciudadanos se plantean la adquisición de generadores eléctricos alimentados con gasolina o gasóleo. No resultan excesivamente caros: un modelo de 5.000 W se puede comprar por menos de 1.000 euros y proporciona energía suficiente para necesidades básicas. Sin embargo, es necesario extremar las precauciones respecto a su ubicación y uso. Justo este martes, el ARA informaba que el Servicio de Emergencias Médicas ha tenido que atender a decenas de personas intoxicadas por las emisiones de monóxido de carbono de generadores eléctricos mal ventilados, un riesgo que se añade a la emergencia original.

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