El regreso discreto de los cómicos cancelados

Louie CK, Aziz Ansari, Kathy Griffin o Bill Cosby han tratado de recuperar la actividad después de protagonizar escándalos de diversa índole

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Un momento del espectáculo 'Sorry' de Louie C.K.

BarcelonaCuando las redes dictan sentencia y condenan a algún artista al ostracismo por sus conductas inaceptables no hay un patrón claro a partir de cuándo los afectados pueden volver a tratar de aparecer en público. O si directamente lo pueden hacer. En el campo de la comedia, algunos de los humoristas que fueron cancelados han intentado en los últimos tiempos recuperar su actividad como monologuistas. Los hay que hacían referencia explícita a sus asuntos, los hay que no. Estos son algunos de los más destacados.

Louis C.K.

Considerado uno de los herederos naturales de Woody Allen por su existencialismo, Louis C.K. cayó en desgracia en 2015 después de que varias mujeres revelaran que el cómico se había masturbado ante ellas pidiendo permiso pero aprovechando su posición dominante en la industria. Tres años y 35 millones de ingresos perdidos después, la sala Comedy Cellar de Nueva York acogió un monólogo suyo, sin anunciarlo previamente, en el que no hacía referencia a su escándalo sexual. La recepción fue entusiasta entre el público, pero algunas personalidades como Aparna Nancherla o Judd Apatow consideraron que era demasiado prematuro. En cambio, cómicos como Dave Chappelle, Chris Rock, Bill Burr, Michael Che, Janeane Garofalo, Sarah Silverman, Wanda Sykes o Judy Gold defendieron su derecho a volver a la comedia.

En abril de 2020, y de nuevo sin avisar, la web del monologuista colgó un especial de comedia titulado Sincerely Louis C.K., donde sí hacía referencia a su caso. La respuesta mediática estuvo dividida entre los que aprobaban su regreso y los que consideraban que no había hecho suficiente contrición. Un clamor frecuente en estos casos es que los cómicos aprovechan los escándalos para nutrir sus espectáculos y hacerlos girar alrededor de ellos mismos –aunque sea denigrándose en público– en vez de reconocer más abiertamente el dolor causado a las víctimas. Más recientemente, el 18 de diciembre de 2021, Louis C.K. editó un nuevo espectáculo, titulado Sorry. Ahí actuaba ante un sorry gigante –perdón, en inglés– pero esa era la única referencia a su comportamiento inadecuado del pasado.

Aziz Ansari

El caso de Ansari fue muy discutido, cuando estalló en 2018. El creador de la serie Master of none, en Netflix, tuvo una cita con una fotógrafa y acabaron en el piso de él. Después de darse besos, consentidos, ella rechazó ir más allá. Según relató después en una web para jóvenes, se había sentido muy incómoda por la insistencia de Ansari de irse a la cama. Algunos lo acusaron de ser poco sensible y de intentar satisfacer sus expectativas a pesar del rechazo explícito de la joven. Otros opinaban que no se había producido ningún comportamiento sexualmente inapropiado, puesto que no se rompió nunca el consenso. Como el asunto tuvo lugar en el momento más álgido del #MeToo, la temporada tercera de Master of none tardó cuatro años en llegar, en vez de los dos habituales, y constó de solo cinco episodios.

En cuanto a su carrera de monologuista, la retomó en 2019, después de unos cuantos meses con un perfil mediático bajo. El resultado del regreso fue un especial dirigido por Spike Jonze y estrenado también por Netflix. Ansari se refería, entre otros asuntos, a la polémica en la que estuvo involucrado.

Kathy Griffin

Las cancelaciones no solo son de índole sexual. Donald Trump hizo un comentario despectivo sobre la presentadora Megyn Kelly, diciendo que mientras lo entrevistaba debía de estar sangrando por todas partes. Y la cómica Kathy Griffin pensó que sería gracioso hacerse una fotografía mostrando la cabeza del presidente americano ensangrentada sobre una bandeja. Los medios conservadores consideraron que se trataba de un llamamiento a la violencia contra Trump y todos los teatros que tenían contratado un bolo suyo lo cancelaron. También la CNN, donde tenía que participar en la emisión de Fin de Año. La imagen del político decapitado apareció en su Instagram un 30 de mayo de 2017 y, desde entonces, la ha ido subiendo varias veces y la ha reivindicado, recordando que se trataba de un comentario a la remarca machista de Trump contra Kelly. La humorista tuvo que producirse el espectáculo Kathy Griffin: a hell of a story para poder reflexionar en público sobre el asunto. Ahora mismo ninguna gran cadena o plataforma ha aceptado integrarla en su nómina de estrellas, lo cual también atribuye a la discriminación de Hollywood hacia las mujeres sexagenarias como ella, por mucho que tengan unos cuantos premios Emmy sobre la chimenea.

La imagen que provocó la cancelación de Kathy Griffin

Bill Cosby

Unas sesenta mujeres han acusado al veterano cómico Bill Cosby de violaciones y varios abusos sexuales, algunos de los cuales a través de sumisión química. Los incidentes denunciados van de 1965 hasta 2008. Pero si con este historial la carrera del que fue ídolo televisivo de los setenta y ochenta podría parecer ya irrecuperable, el hecho de que el Supremo anulara el verano pasado una condena porque no se habían respetado sus derechos constitucionales provocó la salida repentina de Cosby de la prisión. Pocas horas después, ya estaba siendo entrevistado, en su casa, por una de las televisiones que forman parte de la cadena CBS. De hecho, ya en 2018 protagonizó una actuación sorpresa: subió al escenario del LaRose Jazz Club, para una audiencia de apenas 50 personas, en la que fue su primera aparición pública desde que su comportamiento trascendió.

Con todo, Netflix no se ha atrevido todavía a estrenar el monólogo Bill Cosby 77, grabado en 2014, justo antes de que cayera en desgracia. Showtime, mientras tanto, estrenará el 30 de enero la serie documental We need to talk about Cosby, en la que a lo largo de cuatro episodios analiza cómo el llamado Padre de América se transformó en un monstruo repudiado por sus acciones.

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