Retórica sadomasoquista para un pacto de madera y látigo

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Para los catalanes, lo de madera y látigo quizá sugiere en primera instancia pan, tomate, aceite, sal y embutido. No para la caverna: su madera es de cuero y el látigo acaba con nudos que mortifican dicen que de placer aunque, por el rictus amargado de estos periódicos, no lo parece demasiado. "El PSOE humilla al Estado", escribe elAbc con letras mayúsculas enormes. La prensa de derechas lleva años y años filtrando las reivindicaciones catalanas con la criba del BDSM: que si humilla, que si postra a los pies, que si se rinde, que si veja, dobla y subyuga... Si fuera media verdad, la piel de toro sería la piel de azul. Y no es el caso, claro.

Carlos Puigdemont

En el lado catalán hay más serenidad y pragmatismo. O, al menos, un a-ver-qué-pasa. Por eso consigno el voto discordante de Joan Vall Clara, director deEl Punt Avui, que curiosamente contradice el editorial del diario que comanda. En el texto que representa la visión del rotativo –en el que han participado hasta seis periodistas– se expresan todas las reservas razonables sobre el cumplimiento y alcance de un acuerdo más fruto de la necesidad que de la convicción. Pero, a la manera de John Lennon, se le hace un “give peace a chance”. Vall Clara, en cambio, expresa un punto de vista mucho más disidente con un Puigdemont del que se declara amigo: “Que el presidente Puigdemont me haya dejado con un palmo de nariz, con esta decisión que no comparto, no tiene nada de interés ni trascendencia alguna. Ahora lo vital es que en los próximos días, semanas y meses no quede con un palmo de nariz (otro) todo el independentismo. El unionismo enmascarado (civetistas, intermediarios, equidistantes, negociadores, puentes aéreos, terceras vías, neoautonomistas y moderadores) baila por un pie y alucina mandarinas desde primera hora de la mañana de ayer”. Mandarinas no lo sé, pero yo iría encargando varios cubos de palomitas.

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