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'Revival' de los 90: ¿cómo se está explicando una década de claroscuros?

En los últimos tiempos se han multiplicado los productos audiovisuales que recuerdan una década hasta ahora bastante olvidada

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Una imagen de la serie documental

BARCELONAEl caso Arny, el triple asesinato de Alcàsser, Jesús Gil, la Veneno e, incluso, Locomía. Después de una larga época de glorificación de los años ochenta, década hasta hace poco preferida de la nostalgia oficial, ha llegado el turno de los noventa. Los títulos que rememoran hechos de aquellos tiempos se han multiplicado en las plataformas de contenido, repasándola de arriba a abajo, especialmente con series documentales y otros formatos de la no-ficción. Los ejemplos de esta tendencia son muchos y variados, y van de los podcasts a una serie de ficción de la fiesta de todas las fiestas, la Ruta del Bakalao valenciana.

Si la nostalgia tiende a embellecer, los productos que han llegado últimamente no ayudan a construir una imagen positiva de la década en la que agonizaba el siglo XX. ¿Fueron los noventa una época sórdida, extravagante y sensacionalista? Uno podría asegurarlo viendo los títulos que la abordan. En su ensayo recientemente traducido al castellano, Los noventa (Península, 2023), el periodista Chuck Closterman detalla que si bien fue una década "muy autoconsciente y mediatizada", también fue la última sin "la distorsión y manipulación de internet y las redes sociales". En este sentido, aquella cierta inocencia chocaba con la máxima de todo por la audiencia. A menudo hemos imaginado cómo hubiéramos vivido algunos de los hechos más famosos de los años noventa con herramientas de hoy como Twitter. ¿Cómo se hubiera tuiteado sobre el aciago programa de Nieves Herrero desde Alcàsser pocas horas después de que se encontraran los cuerpos de las tres chicas? ¿O cuál seria la reacción ante los abusos de personajes como Javier Cárdenas a personas con claras dificultades cognitivas? Evidentemente, no es posible saberlo, pero la realidad es que todos estos productos audiovisuales nos enfrentan a cómo fueron y cómo vivimos una serie de sucesos que, mayoritariamente, hacen caer la cara de vergüenza.

"Muchos de los temas de este revival –Alcàsser, la fuga de Antonio Anglés o el caso del pub Arny– son sucesos que, además de ser sórdidos en si, en su momento se trataron de una manera salvaje y que hoy en día nos impresiona", explica el crítico televisivo y especialista en cultura pop Òscar Broc. En un momento como el que vivimos hoy, en el que se revisan los privilegios y se intentan reparar ciertas injusticias, recordar el tratamiento de algunos de estos casos es un ejercicio excelente por parte de estas series, documentales o podcasts .

En este sentido, uno de los puntos en común de todos estos productos es la radiografía social y mediática más que la aportación de nuevos datos a casos que hace años que están cerrados. Un buen ejemplo es el documental Arny, historia de una infamia (Juan Moya, HBO), que muestra como el paso del tiempo ha confirmado que todo aquello fue una caza de brujas hacia el colectivo LGTBIQ+. Lo hace sin exclusivas ni nuevas investigaciones, sino poniendo el foco en la manera de pensar de hoy en día y tratando de reparar el dolor de las víctimas. Por otro lado, el reciente Anglés: historia de una fuga sí que resucita el caso con una investigación exhaustiva y que aporta varias novedades, a pesar de alimentar reiteradamente el gran enigma de si el presunto asesino de las niñas de Alcàsser sigue vivo o no.

Como se podía esperar, uno de los sectores más damnificados de todos estos títulos es el de los medios de comunicación. Los años noventa vivieron fenómenos televisivos hoy en día impensables. Espacios como Esta noche cruzamos el Mississippi, TómbolaQuién sabe dónde o algunas secciones de Crónicas marcianas son ejemplos de programas que encontraron audiencia a partir del morbo y la falta absoluta de empatía, pero es que además destacaron por una vergonzosa capacidad de desinformar al espectador. El fenómeno de la Ruta del Bakalao, que ahora recuerda la serie La Ruta de Atresmedia, es uno de los más damnificados por la cobertura que hicieron los medios. Hoy en día se intenta cambiar la narrativa sesgada de aquel momento. "Se trató como un problema, con un desconocimiento absoluto de lo que suponía, especialmente en sus principios, pero fue uno de los mejores momentos musicales que ha vivido el Estado en su historia. Los medios vendieron una imagen de perdición, drogas y muertes en accidentes de coche, que se producían, pero se obvió que aquí había una escena cultural de primer orden", explica Broc.

Evidentemente, tendemos a generalizar y a encuadrar las etapas históricas. Closterman habla de cómo el tiempo crea un "retrato estereotipado". Del mismo modo que en Estados Unidos se construyó una narrativa por la cual durante los noventa todo el país estaba rendido al grunge, en el estado español siempre se tendrá los noventa como la década de los grandes acontecimientos internacionales, las olimpiadas y la Expo de Sevilla, pero también la de una manera de hacer y pensar que la historia ha oscurecido para siempre. Para darse cuenta solo hay que ver El pionero (HBO Max) y observar cómo se abordó en su momento figuras que hoy estarían absolutamente canceladas y apartadas de la vida social como fue Jesús Gil. Eran otros tiempos.

Tres maneras de recordar en 90
  • 'Arny, historia de una infamia' (HBO Max)

    Miniserie documental sobre unos hechos que causaron un terremoto mediático. Varias figuras muy populares estuvieron implicadas en un caso de corrupción de menores en 1996.

  • 'El inmortal' (Movistar+)

    La banda criminal que controlaba el negocio de la cocaína y los locales por la noche durante los años noventa en Madrid. Una serie inspirada en el auge y caída de Juan Carlos Peña Erano.

  • 'Anglés: historia de una fuga' (La Sexta)

    Cómo demonios lo hizo Antonio Anglés para escabullirse de la búsqueda policial más exhaustiva de los años noventa? Un relato increíble del cual todavía no se ha escrito el final.

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