El 'thriller' escrito por el ex primer ministro de Francia que muestra la oscuridad de la política
Filmin estrena la serie basada en un libro de Édouard Philippe y el eurodiputado Gilles Boyer


BarcelonaElecciones manipuladas, jefes de campaña entregados a la causa de sus candidatos y relaciones personales no del todo claras son los elementos que vertebran el thriller político A la sombra (Dans la ombre), una serie que llega el martes a Filmin con la particularidad de haber sido escrita por dos personas que conocen muy bien las interioridades de este mundo. La serie francesa es la adaptación de una novela escrita por Édouard Philippe –primer ministro de Francia entre el 2017 y el 2020 y candidato por el partido conservador Horizontes en las elecciones presidenciales que se celebrarán en el 2027– y Gilles Boyer, eurodiputado. La ficción de seis episodios ha sido dirigida por Pierre Schoeller, que ya hizo el drama político El ejercicio del poder, ganadora de tres premios César en 2012, incluido el de mejor guión original y el de mejor actor secundario.
A la sombra arranca cuando Paul Francoeur (Melvil Poupaud) gana de forma inesperada y por la mínima las primarias de la derecha francesa imponiéndose a la candidata que partía con más posibilidades, la más conservadora Marie-France Trémeau (Karin Viard), cuyo discurso se acerca a la extrema derecha. Francoeur, un político que intenta ser honrado y que tras un accidente se mueve en silla de ruedas, cree que ha ganado las elecciones netamente, pero su jefe de campaña, César Casalonga(Swann Arlaud, visto en Anatomía de una caída), pronto descubrirá que no ha sido exactamente así: una llamada anónima le advierte que las primarias han sido manipuladas. Él tendrá que hacer lo posible para que el fraude no salga a la luz y dinamite la candidatura a primer ministro del político conservador. Mientras gestiona este descalabro, Casalonga debe mantener a raya a su equipo, encabezado por la jefa de comunicación, Marylin (Evelyne Brochu), con quien tiene una relación de amistad de hace años.
Realista pero sin basarse en hechos reales
Teniendo en cuenta a las personas implicadas en el proyecto, es normal intentar buscar paralelismos con hechos de la vida real. Gilles Boyer explica al ARA que la historia es verosímil y realista pero que los espectadores no deben creer que lo que se ha explicado ha pasado de verdad. También señala que no sólo se ve la parte oscura de la política, sino que también se muestran personas que creen en lo que están haciendo. "Hemos querido hacer una serie realista en la que se ve a gente comprometida, que cree en lo que está haciendo. La política es una lucha. Alguien ganará y alguien perderá. Hay gente deshonesta en todas partes y en todas las profesiones, pero creo que hay muchísima más gente comprometida al trabajar durísimo para llegar a la meta que se han impuesto", dice.
A A la sombra los espectadores constatarán que la política es un mundo volátil y que la victoria nunca se puede dar por hecha. "Todas las campañas electorales están hechas de imprevistos. Al principio, cuando empiezas, tienes clara la meta y la estrategia, pero no puedes anticipar los imprevistos y siempre los hay. Al final, quien gana es quien mejor gestiona los imprevistos", dice el eurodiputado. Una de las diferencias respecto a la novela es que mientras en el libro el protagonista no era de ningún color político concreto, en la serie sí. "Para la ficción televisiva había que ambientar la trama en un universo político concreto y, por eso, propuse que fuera la derecha. También queríamos decir que, en el fondo, la división izquierda-derecha no ha desaparecido para siempre. Parece poco probable que vuelva, pero hay que recordar que hace diez años parecía poco probable que ya no existiera", reflexionó Así, A la sombra sirve como reverso de la también francesa Barón noir, serie política centrada en la izquierda.
Otra de las cuestiones que hacen acto de presencia en la serie es el impacto de las redes sociales, que a menudo se han convertido en un altavoz de la desafección política o han dado cabida a discursos extremistas. "En todas las campañas electorales, no sólo en Francia, las redes sociales tienen mucha importancia, pero lo curioso es que hay muchísima gente que no está en las redes sociales. Hay que prestar atención a las redes sociales, pero es un espejo que deforma la realidad porque la mayoría de las personas no están", explica Boyer, quien asegura que estas herramientas son un auténtico.
A pesar de la creciente desafección política, el éxito de producciones como House of cards (Netflix) o la misma Barón noir demuestran que el thriller político goza de aceptación entre los espectadores. "El mundo de la política nos parece misterioso porque no conocemos sus entrañas, y eso nos atrae. Al final estas series hablan de cosas que nos interpelan y que nos interesan", dice Pierre Schoeller, que a la hora de crear la serie cogió como referente estilístico Tokyo Vice (Max), producida por Michael Mann. Las demás referencias confesas de la serie francesa son El ala oeste de la Casa Blanca (Max) y la película No mires arriba (Netflix), de Adam McKay.