Ya ni siquiera contar es posible

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La destrucción de cualquier posibilidad realmente compartida es una de las causas que está fracturando a las democracias. Una noticia puede verse desde múltiples ángulos, o con múltiples gafas, según la ideología, la sensibilidad, los prejuicios y la experiencia de cada uno. Pero hasta ahora se suponía que existían algunos hechos objetivos. Como, por ejemplo, cuánta gente ha votado qué. Ya no. Intentar saber si el fiscal general obtuvo el aval o censura de sus colegas es, en la España mediática, una tarea imposible. El País titula “García Ortiz salva a la Junta de Fiscales sin una contestación mayoritaria” y dentro se nos dice que sólo 8 miembros han pedido su dimisión, sobre 30, aunque admiten que otros fiscales presentes elevan a 11 esta cifra. Claro, la caverna quiere hacerle la piel como sea, así que aplica el método pícaro de sumarse la abstención y eso le permite titular “García Ortiz sólo consigue el apoyo de un tercio de la Junta de Fiscales” (Abc), lo que sugiere lo contrario que el diario de Prisa, mucho más salvífico. En el caso de La Razón, lo que hacen es fijarse en el otro organismo que se ha pronunciado: “La mayoría del Consejo Fiscal pide a García Ortiz que dimita”. Esta votación tiene un valor relativo, dado que, de los once miembros, seis pertenecen a la Asociación de Fiscales, de carácter conservador y que, extrañísimamente, ha votado en bloque. En resumen: un revoltijo de votaciones que permite a las diferentes cabeceras mostrar la situación del fiscal presuntamente filtrador tras un filtro rosa o negro, dependiendo de los apriorismos de rigor.

Álvaro García Ortiz, fiscal general del Estado

Álbum de titulares

“Un piloto de Iberia explica el porqué de las turbulencias en pleno vuelo: “Es por diferentes motivos”” (Mundo Deportivo, queda aclarado, gracias).

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