El único consejo de Jordi Vendrell, pero qué consejo

Qué libro más singular, el que ha caído azarosamente en mis manos. Oleeé! Vuelvo a estar aquí es un volumen de homenaje a Jordi Vendrell, ahora que en el 2026 cumplirá 25 años de su muerte. El grosor del volumen lo forma el diario que mantuvo durante la preparación y lanzamiento del programa La orquesta en Catalunya Ràdio, una tertulia sublime, pícara y exitosa que cancelaron al día siguiente de haber criticado la operación Garzón y las torturas a independentistas. Las anotaciones de Vendrell son brevísimas, pero afiladas. "Los políticos no pueden mezclarse con políticos", escribe un día, cuando se da cuenta de que el carácter gaseoso y libre de la tertulia acaba secuestrado por el choque de narrativas escenificadas. De hecho, odia la idea de debate: quiere conversaciones de gente que se lo pasa bien y, de paso, lo hacen pasar bien a los demás. Claro que cuando coinciden en un mismo episodio Tísner y Pere Calders, como ocurre un día, resulta muy fácil. A pesar de ser independentista adelante la lettre, Vendrell se asegura que sus tertulianos representen al conjunto del país, y alaba la brillante frase de Salvador Pániker según la cual "el pluralismo es la coexistencia pacífica de intolerancias". Escucha las casetes del programa, para hacer autocrítica y pese a que rondina a menudo por las cosas que cambiaría –y se pelea cada dos por tres con los directivos–, se complace decir que le parece estar "sometido a una ducha de ingenio". Qué forma tan preciosa de definir lo que puede ser la radio, cuando funciona.

El libro tiene también testimonios de amigos, la transcripción del programa que le provocó la cancelación y textos variados suyos. Es aquí donde leo el único consejo que dice que da sobre el oficio: "Sonríe al micro, escribe con la oreja, grabate y escúchate". Y añade, socarrón: "Eso si quieren hacer radio. Si quieren hacer información, cambiar el mundo o cualquier otra tontería, no". Qué crack, Vendrell.