Sílvia: "Ver contenidos sobre autolesiones me hacía sentir que no estaba loca, que había gente como yo"
Adolescente
BarcelonaSilvia (nombre ficticio) tiene 16 años. Cuando tenía 13, pasó ocho meses y medio ingresada en uno de los centros de Amalgama7, después de haber tenido varias tentativas de suicidio y episodios de autolesiones. Hoy comparte con valentía su testimonio y expone la influencia que las pantallas tuvieron en su caso.
¿A qué edad tuviste el primer móvil?
— No tuve hasta los once años y, de hecho, tuve que robar el de mi abuela porque mis padres no me daban. Entonces empecé con las pantallas y las redes sociales, que en un principio eran sólo Instagram y TikTok.
Si tienes menos de 14 años, en teoría no te dejan entrar...
— Sí, pero es muy fácil saltarse la limitación: basta con decir que tienes otra edad.
¿Qué buscabas en estas redes?
— Me gustaba hacer bailes. Toda la clase hacía tiktoks, así que yo también me puse a hacerlo. Al principio era sólo porque me gustaba bailar y todo, pero después supongo que quería hacerme viral.
¿Aún tienes cuentas en las redes?
— Sí, y ahora tengo más redes. Sigo en Instagram y en TikTok, pero también tengo Twitter, que ahora se llama X, y, de hecho, es una red más peligrosa.
¿Por qué?
— En Instagram y en TikTok hay restricciones y contenidos que no puedes colgar. En Twitter se pueden colgar todas las cosas que te puedas imaginar.
¿Tú has visto cosas que te han hecho daño?
— Por supuesto. He visto muchas cosas que no hubiera tenido que ver.
¿Cómo ahora?
— Una vez, en Twitter me salió un vídeo de una persona autolesionándose. Y a mí me afectó porque justamente hacía poco que me habían dado el alta por este tema. Estuve ocho meses y medio en Can Ros porque tenía depresión, me autolesionaba y había tenido intentos de suicidio.
¿Tu relación con las pantallas tenía que ver?
— Al principio no. Todo empezó porque me hacían bullying en la escuela, pero luego esas mismas personas me enviaban comentarios desagradables también a través de las redes sociales y el acoso seguía ahí. No recuerdo muy bien cómo empezó, eso de autolesionarme, pero sí que en TikTok veía cómo mucha gente colgaba cosas sobre autolesiones y tomé conciencia de que también lo hacía otra gente, no sólo yo.
¿Te hacía sentir bien, ver estas publicaciones, paradójicamente?
— Sí, sí. Me hacía sentir que no estaba loca, que había gente que sentía lo mismo y llegaba a esas situaciones.
¿Crees que mirar estos contenidos te empujaba a autolesionarte?
— Sí. En redes como Instagram o TikTok no cuelgas el vídeo de la autolesión, pero sí un texto depresivo, y en los comentarios lees a mucha gente que se ve representada. Y quizás esto influye un montón, porque piensas: "Si tanta gente lo hace, ¿por qué yo no?"
El gobierno español quiere prohibir por ley que los menores de 16 años puedan entrar en las redes sociales. ¿Crees que será útil?
— Los chicos son muy listos. Sabemos cómo entrar, claro. En cualquier caso, me parece que no tiene tanto que ver con la edad como con la madurez. Hay personas de 15 años que pueden ser más maduras que otras mayores. El móvil debes utilizarlo de una buena manera y no debe controlarte él a ti. Tú eres el humano, y no deberías dejar que el objeto te controlara.
Si tuvieras una hermana de 14 años que quisiera apuntarse a una red social...
— Le recomendaría que no entrara, pero sabiendo que acabaría haciéndolo, porque es lo que hace todo el mundo. Quizás deben ver cómo es la realidad. Y la realidad es que en las redes sociales la mayoría de las cosas son muy falsas.
Y si consiguiéramos sentar delante de ti a un directivo de Instagram o de TikTok, ¿qué le pedirías?
— Pues más controles, porque con demasiada frecuencia los robots que detectan contenido problemático no lo hacen bien y se les escapan cosas. Yo misma he denunciado muchos comentarios despectivos de que la aplicación no había filtrado, porque hay formas de saltarse estos controles, cambiando alguna letra, por ejemplo.
¿Existe una visión romántica de la autolesión?
— Sí, también ocurre con los trastornos alimenticios, que se romantizan un montón. O se juzgan cuerpos por su aspecto, cuando están perfectamente sanos.
Las redes promueven un ideal de belleza irreal e inalcanzable. ¿Ha afectado a tu autoestima?
— Sí, en el momento de hacerme fotos no puedo evitar empezarme a mirar y pensar "Aquí se me nota un poco más la barriga" y cosas así. me los estoy imaginando yo sola, mientras que otro está imaginándose los suyos, y así todos.
Gracias por tu relato, y enhorabuena por poder contarlo.
— Me queda mucho trabajo por hacer, porque eso no se cambia nunca. Siempre tendré ese "¿Y sí...?" Pero lo que debe hacerse es aguantar y disfrutar. Piensa que la vida son dos días.
¿Y qué te hace disfrutar ahora?
— Pues estar con las amigas, con mis animales y con mi novio.
¿Por ese orden? ¡Se te enfadará, el muchacho!
— [Ríe]. Lo que quiero decir es que disfruto con mucho más que con las redes sociales. Hay que gozar más con la realidad. Pienso en todos los viajes que puedo realizar, la gente que puedo conocer... Y en prepararme para estudiar auxiliar de veterinaria.
