¡Viva Espñjfs!
Curiosa foto de portada en el diario Sport de Alexia Putellas. Era una imagen de Efe, en formato horizontal, lo que le hacía imposible encuadrar en una primera página de papel vertical. Pero a grandes males, grandes remedios: todo apunta a que alguien ha creado con inteligencia artificial el pedazo de cuerpo de la jugadora que falta debajo para adecuar la imagen al espacio. Eso sí, los algoritmos generativos han hecho las suyas –como cuando colocan a veces seis dedos contrahechos a las personas– y bajo el escudo de la jugadora hay unas letras ilegibles y fantasmagóricas que quisieron decir España pero han acabado siendo un garabato daliniano ilegible como aquellos captches que, en internet, intentan discernir si somos humanos o robots. En cualquier caso, si Abascal y los demás apóstoles de la España Mancillada ven este desbarajuste, tenemos sidral asegurado.
El asunto plantea la pregunta sobre si es una práctica aceptable. Los puristas recordarán que el fotógrafo ha tomado la imagen con un encuadre concreto y que debe respetarse la integridad de la obra, pero lo cierto es que en los medios a menudo sus estampas se recortan para meterlas en los agujeros que determina la maqueta. ¿Es sustancialmente peor inventarse un pedazo de foto? Sea como fuere, supone crear una realidad inexistente sin contárselo al lector, y ahí sí se rompe un contrato implícito esencial. Hace cerca de veinte años, el diario ya protagonizó una portada polémica que mostraba la fotografía de Eto'o, Henry, Messi y Ronaldinho juntos por primera vez en el Barça. En realidad, en la imagen también aparecía Oleguer, pero alguien le eliminó con Photoshop. Hacer esto en la prensa deportiva no tiene las implicaciones de cuando Stalin borraba Trotsky de las fotos en las que aparecía con Lenin, pero tomarse estas licencias es una pendiente peligrosa, en la que acabas borrando gente o añadiendo cuerpos a conveniencia por pura estética.
