Emergencia climática

¿Qué hacemos con los refugiados climáticos?

La comunidad internacional no tiene ningún plan para atender a los 1.200 millones de personas que podrían verse forzadas a huir de casa en el 2050 por la crisis climática

Inundats por la crisis climática
10/02/2025
4 min
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UagadugúEn 2050 hasta 1.200 millones de personas podrían verse obligadas a huir de casa a causa de la crisis climática, según un informe del think tank Institute for Economics and Peace (IEP) citado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), aunque apunta que la estimación "más ampliamente citada" es de 200 millones. ElONU advierte desde hace tiempo que las migraciones climáticas son uno de los grandes retos del siglo XXI, que hasta ahora genera debates, pero pocos hechos. La mayoría son desplazamientos dentro de las fronteras del mismo país, pero cada vez más personas se ven obligadas a migrar por sequías, inundaciones, huracanes o simplemente por la pérdida de sus fondos de subsistencia por la subida de las temperaturas o el aumento del nivel del mar. "Las migraciones podrían gestionarse si hubiera una política migratoria racional, pero la actual está basada en prejuicios racistas y xenófobos", apunta Miguel Pajares, presidente de honor de la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado (CCAR).

Hasta ahora la Convención de Ginebra de 1951, también conocida como el Estatuto de los Refugiados, el acuerdo internacional en el que se definen los derechos de las personas refugiadas, restringe el término a quienes deben huir de su país por la guerra o "perseguidos por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia". Así pues, no contempla la protección de los refugiados climáticos, un concepto en boca de académicos y representantes de instituciones internacionales, pero que todavía no ha logrado un marco legal que lo defina. ¿Qué hacemos con los refugiados climáticos?

"Si hay voluntad política se puede avanzar en los derechos de asilo al igual que la Unión Europea reconoció como refugiados a las personas que huyen de las guerras gracias a la aprobación de Directiva del 2011", afirma Pajares, autor del libro Refugiados climáticos, que define este fenómeno como el gran reto del siglo XXI. Si bien hay algunos ejemplos como Nueva Zelanda, que en 2020 dio visados ​​humanitarios a cien personas provenientes de islas del Pacífico que corren el riesgo de desaparecer por el aumento del nivel del mar, ninguna ley ampara, en estos momentos, los desplazamientos causados ​​por la crisis climática.

¿Quién paga el cambio climático?

En septiembre de 2023 la tormenta llamada Daniel en Libia provocó 12.000 muertes y 40.000 personas desplazadas en la ciudad mediterránea de Derna. Un año más tarde, una tormenta de magnitud similar asolaba la Comunidad Valenciana. La temperatura del mar Mediterráneo, y en general de los océanos, no deja de batir récords. En 2022 las inundaciones en Pakistán provocaron 10 millones de personas desplazadas y 6,9 millones de personas han tenido que irse de su casa a causa de las inundaciones en el África subsahariana por lluvias torrenciales.

"El cambio climático es una causa política porque hace 30 años que los gobiernos incumplen los acuerdos climáticos de reducción de la emisión de gases", asegura Pajares, que se refiere a la Convención Marco sobre el Cambio Climático de la ONU (UNFCCC), que se creó en 1992 con 154 países y actualmente ha sido ca de gases de efecto invernadero. Es en el marco de esta convención que se pactó en 2015 el Acuerdo de París.

Pero ¿quién paga las consecuencias de la emisión de gases? Según la Convención, "todos los países deben cumplir con los objetivos climáticos, pero son los países ricos, que también son los que más han generado esta situación y han salido beneficiados, los que deben asumir su mayor precio", explica Pajares. La COP29, la conferencia climática anual de la ONU, llegó a un acuerdo clave sobre el dinero que deben recibir los países pobres para afrontar los retos de la lucha climática. El acuerdo firmado en la madrugada antes de terminar la cumbre fija en 300.000 millones las ayudas directas anuales que deben recibir los países pobres a partir de 2035, por lo que multiplica por tres la meta actual de 100.000 millones, una cifra que se acordó en 2009 y que los países considerados desarrollados debían2. Una parte –aún demasiado pequeña, según los gobiernos receptores– de ese dinero se destinaría a medidas de adaptación a las nuevas realidades climáticas de estos países pobres, unas medidas que podrían evitar que su población se vea forzada a marcharse.

Los datos exponen un escenario de movimiento de personas, pero todavía no se tienen cifras claras sobre "cuál es el componente climático de las migraciones", una pregunta que Pajares considera importante para definir y poder avanzar en la legislación de "refugiado climático". "De la misma manera que los estados hicieron un esfuerzo por acoger a 5 millones de ucranianos y los servicios sociales no se colapsaron, también debería ser posible ahora", explica. Por ejemplo, en Senegal los acuerdos de pesca que el país ha mantenido con la Unión Europea y los barrios de pescadores arrasados ​​por el aumento del nivel del mar y los temporales marinos son uno de los principales motores de desplazamiento, según uno informe de CCAR. En 2024, 47.000 migrantes han llegado a las Islas Canarias desde las costas africanas, un 18% más que el año anterior, según un informe publicado este mes de enero por Frontex, la agencia fronteriza del bloque europeo.

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