El análisis de Antoni Bassas: 'Más exilios para defenderse del despecho de la justicia española'
La cúpula del poder del Estado, a la que le es exigible la máxima neutralidad, actúa como un órgano político, por despecho y por ideología política y con un fondo de catalanofobia. Esto no se puede llamar justicia
Cuando todavía estábamos publicando la noticia de otro exiliado de Òmnium, Oleguer Serra, miembro de la junta directiva de la entidad, esta mañana hemos sabido que había otra, el periodista de La Directa Jesús Rodríguez.
Ambos se han ido a Suiza ante el riesgo de que el juez García-Castellón les envíe a prisión por la causa de Tsunami Democrático. Recuerden: la investigación del caso Tsunami estuvo años guardada en un cajón hasta finales del año pasado, cuando quedó claro que a resultas de los pactos del PSOE con los independentistas para poder gobernar el Congreso ponía en marcha la aprobación de una ley de amnistía para los independentistas catalanes. Este martes, García-Castellón dio 24 horas a los investigados para que informaran de un domicilio en el que estar localizables, paso previo para citarlos a declarar. Si no iban, el juez podía dictar una orden de detención. Total, que 7 de los 12 investigados se han ido al extranjero, cuatro de ellos en los últimos meses.
La gente se exilia, como en el caso de Wagensberg, porque sabe que los jueces harán todo lo posible para que no se aplique la amnistía y porque investigarán por terrorismo para impedirla, precisamente. Recuerden: investigan por terrorismo una plataforma de protesta cuyo eslogan es “España, sede y habla”. O sea que no existe ningún terrorismo. Pero en el caso de Jesús Rodríguez se le investiga porque tenía contactos con los dirigentes de la plataforma. Claro, era periodista, los dirigentes de Tsunami eran fuentes informativas. Un periodista está amparado por el secreto profesional y no tiene ninguna obligación de desvelar sus fuentes. Aparte de que el periodista Rodríguez ha destapado los casos de policías infiltrados a la izquierda independentista y de otros movimientos sociales de los Països Catalans en la época del Proceso. O sea que la persecución judicial está clara.
Todo esto es muy grave. No viene de nuevo, pero es muy grave. La justicia española sigue ignorando los derechos más elementales en democracia, como en el caso del periodista. Pero es que, además, tiene magistrados en el Supremo y en la Audiencia Nacional conjurados en impedir la aplicación de la amnistía, en un papel que no le corresponde de corrector y vigilante de lo que vota la mayoría del poder legislativo. Es el holding que componen jueces, PP, Vox, medios afines y patrocinadores económicos y mediáticos, para seguir reprimiendo el independentismo. O sea, la cúpula del poder del Estado a la que le es exigible la máxima neutralidad actúa como si fuera un órgano político, por despecho y por ideología política, y con un fondo de catalanofobia. A esto no se le puede llamar justicia.
Buenos días.