El análisis de Antoni Bassas: 'Con una inversión estratégica no se juega'

La gestión de este plan de ampliación ha sido lamentable y este final (sea un final definitivo o uno provisional), una vergüenza; mal Aena, mal el Govern de Esquerra y Junts y mal el gobierno español

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La ampliación del aeropuerto de El Prat ha quedado suspendida. Ayer a media tarde la ministra de Transportes y exalcaldesa de Gavà, Raquel Sánchez, apareció en la sede de la Delegación del gobierno español en Barcelona y anunció que Aena no invertiría los 1.700 millones de euros para ampliar El Prat porque se había producido una “pérdida de confianza manifiesta”. Se refería a las palabras de la portavoz del Govern, que decía que no le extrañaría que algún conseller fuera a la manifestación en contra de la ampliación del aeropuerto que hay convocada para el domingo de la semana que viene, pero seguro que había oído a la portavoz adjunta de Esquerra en el Parlament, Meritxell Serret, diciendo en este plató que el grupo republicano estaba en contra de la ampliación que proponía Aena, o había visto estos dos tuits del president Pere Aragonès del viernes por la tarde:

¿Qué había pasado el viernes? Pues que Aena publicó el Dora (documento de regulación aeroportuaria), en el que se fijan las condiciones que tienen que cumplir los aeropuertos, y este documento preveía afectar la laguna de la Ricarda, un espacio natural protegido de acuerdo con la legislación europea de la Red Natura 2000 que, como saben, está alrededor del aeropuerto.  

El sábado la portavoz del Govern dijo que el ejecutivo de Pere Aragonès no avala ninguna propuesta que “destroce” la laguna de la Ricarda.

Pues bien, basándose en todo esto, ayer la ministra aparece por sorpresa y anuncia que la inversión en El Prat de 1.700 millones no se hará. Digo por sorpresa porque el president Aragonès se enteró casi a la misma hora que se enteraba la prensa.

La gestión de este plan de ampliación ha sido lamentable y este final (sea un final definitivo o uno provisional), una vergüenza, porque ahora el gobierno español intenta que nos traguemos el titular de que el independentismo no quiere una inversión de 1.700 millones de euros. 

A ver una cosa: ¿alguien se cree que una inversión del Estado de 1.700 millones de euros se hace o se deja de hacer porque unos consellers digan que irán a una manifestación? 

¿Alguien se traga que una inversión estratégica para España y para Catalunya se suspenda así, como se hizo ayer por la tarde, sin previo aviso, sin que hablen Sánchez y Aragonès o la ministra y el conseller? Yo no me lo creo. Sería más honesto que el gobierno español admitiera que para él también es un gran problema esta ampliación, porque resulta que Podemos, que gobierna con el PSOE, está en contra. Está tan en contra que esta mañana la vicepresidenta española Yolanda Díaz visita la Ricarda acompañada de Ada Colau para hacerse la foto de "hemos salvado el espacio natural". 

El caso es que había una inversión estratégica del Estado en Catalunya y ahora se ha suspendido. Por lo tanto, mal Aena, la empresa pública española (51% de capital público) que cotiza a bolsa, que llega a Catalunya y dice: aquí hay 1.700 millones pero con mi plan. Y si no os gusta, salid a decir que no queréis 1.700 millones. 

Mal el Govern de Esquerra y Junts, que pacta con Aena pero después se moviliza en contra en vez de hacer lo que hacen los gobiernos, que es sentarse, hablar y negociar con discreción, sobre todo cuando habías anunciado que tenías un acuerdo para la ampliación. A Esquerra también le han temblado las piernas, cuando dentro del propio Govern había conselleres que decían que cómo pueden presumir de tener un gobierno que impulsará una transformación verde si ampliamos El Prat. Hoy alguien que sabe, Miquel Puig, escribe: “El Govern pagará un precio muy alto porque no ha sido capaz de transmitir con claridad cuál era su posición sobre la ampliación, y no ha podido hacerlo porque, antes de que Aena pusiera el proyecto encima de la mesa, no tenía una idea clara de lo que le convenía al país. Por eso se ha limitado a improvisar. Sería bueno que el Govern evitara que esto vuelva a pasar, cosa que exige poner en marcha una reflexión seria sobre el modelo de país que propugna”. 

Mal el gobierno español, que echa la culpa al Govern, escondiendo la división que tiene entre PSOE y Podemos, pasando de puntillas por el hecho de que la Unión Europea podía no autorizar la inversión, por no hablar del hecho de que hacer una inversión en Catalunya de 1.700 millones tampoco es muy popular en España y este es un gobierno que ya está muy castigado en las encuestas, que dan victoria de PP y Vox. Uno llega a la conclusión de que en su reconocida capacidad táctica, Sánchez ha hecho de la necesidad virtud: si amplío El Prat bien, porque demuestro que el diálogo es serio, y si no, también, porque endilgo a los independentistas el sambenito de ser poco leales y profundizo en la división entre Esquerra y Junts justo antes de la reunión de la mesa de diálogo. Y nadie me acusará de beneficiar a Catalunya. Jugada maestra, como decía aquel. 

Estábamos hablando de crear 83.000 puestos de trabajo directos y más de 300.000 entre directos e indirectos. Estábamos hablando de que El Prat se convertiría todavía más en la principal puerta de entrada del mundo a Catalunya, porque sería un hub intercontinental. No es aceptable que un debate troncal como este haya sido tan pobre. ¿A qué venían tantas prisas para ampliarlo? ¿Solo para hacer ganar valor a la acción de Aena? ¿No había que discutir antes el impacto que tendría la ampliación en el modelo económico de Catalunya? ¿Estaba Aena en condiciones de asegurar que El Prat no sería un aeropuerto por el low cost, y hablar de compañías con nombres y apellidos? Pero, ¿saben qué pasa? Que a Aena, es decir al Estado, esto no le importa mucho. Aena es el perfecto ejemplo de empresa pública que manda más que el ministro, centralizada, pensada en radial, primero Madrid y después las provincias. Y está acostumbrada a poner la directa. De los aeropuertos en Catalunya la Generalitat no decidirá nada. ¿Cómo quieren que decida algo sobre la ampliación si no puede decidir ni el nombre? 

Un recuerdo para los exiliados y para los represaliados. Y que tengamos un buen día.

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