El análisis de Antoni Bassas: 'Illa y Puigdemont, candidatos a la investidura'

Los partidos independentistas han recogido lo que sembraron. Si en 2021 pides una mayoría absoluta, te la dan y no sirve para nada, ¿cómo quieres hacer creer a la gente que su voto es útil?

Empiezo por lo más reciente de la mañana: Puigdemont ha anunciado su intención de presentarse en la investidura porque cree que podría contar con una mayoría más coherente y más amplia que Isla. En las cuentas de Puigdemont, él tendría Esquerra y la CUP e Illa sólo Comunes: “Yo me veo presidente, porque, si no, no me presentaría a la investidura. Creo que hay opciones ciertas de obtener votos suficientes para sacar adelante una legislatura en la que tenemos mucho trabajo pendiente por hacer. Ya dije que si el PSC se abrazaba al PP, como ha hecho en el Ayuntamiento de Barcelona, esto dejaría sin sentido el acuerdo que tenemos con el PSOE en Madrid”.

Si ustedes no lo ven muy probable, no se preocupen: Puigdemont tampoco lo ve, de momento. Lo que ha anunciado hoy es "si es que hay posibilidad de establecer un marco negociador", que todavía no está. "Quedan muchos días", ha dicho. Ahora no se ve. Y un anuncio que sí depende de él: "Nosotros hemos descartado completamente la sociovergencia", ha dicho. Puigdemont habla de reconstruir puentes con Esquerra y la CUP. Muy temprano. O sea que lo que ha ofrecido hoy Puigdemont es una brizna de ilusión por gobernar, nada más.

Mientras tanto, lo que tenemos esta mañana es un Parlamento más español y más a la derecha, porque el PP ha multiplicado los escaños por cinco y Vox se ha mantenido, o sea que el PP no crece a expensas de Vox sino de Ciudadanos. Y, además, el PSC es más conservador y Junts es más convergente, como demuestra que Pujol y Mas pidieran el voto para los junteros.

Los partidos independentistas han recogido lo que sembraron. Si en 2021 pides una mayoría absoluta, te la dan y no sirve para nada, ¿cómo quieres hacer creer a la gente que su voto es útil? El independentismo mismo ha pasado página.

2,1 millones de votos en 2017, 1,2 millones de votos en 2024.

El factor Puigdemont ha atraído mucho voto, como se puede comprobar en este mapa de Cataluña en votos por municipios, donde Junts ha barrido Esquerra, y gana excepto en el área metropolitana, pero no lo suficiente. Y Esquerra no ha logrado ser nada empática y hace tiempo que cae en todos los ciclos electorales.

Total, que Puigdemont necesita los votos de Esquerra pero hay demasiadas heridas para obtenerlos, y necesita la abstención del PSC, que habiendo ganado en votos y escaños no lo dejará perder. Si Isla es presidente, se acabó la carrera política de Puigdemont, según sus propias palabras. ¿Cómo querrá Puigdemont utilizar la fuerza que tiene? ¿Le dirá a Sánchez que si Isla no se abstiene le deja caer en Madrid?

¿Hasta dónde quiere llevar Illa los acuerdos para poder gobernar en minoría? Es decir, Illa en minoría pero ¿a cambio de qué? Lo tiene menos mal Isla que Puigdemont.

Izquierda está en estado de choque. En choque de pensar que los que se marcharon del Govern, Junts, han ganado, y que ERC, que se ha quedado con las responsabilidades, ha perdido. Aragonés ya quería plegar anoche y le pidieron que no lo hiciera. Adelantó las elecciones y le ha salido mal. Al mismo tiempo, ERC tiene una de las claves de la gobernabilidad.

Hoy es muy pronto y votos que parecen imposibles quizás después de las europeas no lo sean tanto.

Por cierto, en Tarragona, ni Comuns ni la CUP, los más contrarios al Hard Rock, han sacado representación.

Estamos en el post-Proceso, sí, pero el factor independentista todavía marca el presente y el futuro Gobierno. En Cataluña hay mucha gente que ha ido desconectando del independentismo. Si añadimos un cambio social, los nuevos catalanes que votan en clave española, y el aumento de la ultraderecha, ya no somos ni en el 2012 ni en el 2017, ni siquiera en el 2021. Pero todavía no sabemos dónde estamos exactamente.

Buenos días.

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