El análisis de Antoni Bassas: 'Cuando mi salud es tu salud'

Pensaba que no habría que lanzar una campaña para animar a la gente a vacunarse, después de habernos pasado un año suspirando para disponer de un antídoto para el virus y cuando sabemos que, cuando la mayoría esté vacunada, la economía mejorará. Al final, lo que nos matará no será el virus sino la desconfianza de todo

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Todo está a punto de pasar pero todavía no pasa. Hoy publicamos el documento que negocian Esquerra y Junts per Catalunya para formar gobierno, y que incluye la estrategia del Procés, el programa de gobierno, cómo será el Govern y cómo se controlará él mismo para que se cumpla lo que se ha acordado. La información que hoy publicamos empieza diciendo que “la negociación entre ERC y Junts avanza a fuego lento sin entrar todavía en el reparto de carteras del futuro Govern”. Lo digo para que quede constancia, perfectamente consciente del aburrimiento que provoca esta espera. Porque por más difícil que sea formar un gobierno entre dos que desconfían el uno del otro, que pugnan por el dominio del mismo espacio político y que tienen los líderes en la prisión y en el exilio, la sociedad catalana vive en medio de una urgencia más grande de la que puede soportar. Hay que acabar con la interinidad de un gobierno en funciones, y cuando hace más de dos meses de las elecciones, tiempo para pactar ha habido.

Otra cosa que está a punto de pasar es la desescalada de las restricciones por el covid. El próximo lunes es probable que dejemos el confinamiento comarcal y pasemos al confinamiento por veguerías. Si no han osado hacerlo esta semana es, también, porque el viernes es Sant Jordi y en el Procicat habrán querido limitar la movilidad por el país en un día que tradicionalmente saca a mucha gente a la calle. Y de fondo, algo más más lejos pero no mucho, dentro de tres semanas se acaba el estado de alarma y, probablemente, el toque de queda, y no está nada claro que la Generalitat pueda prohibirnos salir a la calle por la noche si no tiene el estado de alarma.

En medio de este panorama en el que todo se mueve a trancas y barrancas, vale la pena remarcar que al sistema escolar le quedan dos meses de clases y ha respondido de manera excelente al problema de mantener las escuelas abiertas y las clases presenciales, y que los efectos de la vacunación se están notando, tanto en las residencias de gente mayor, por ejemplo, como en la sociedad en general.  

Ahora, la Generalitat lanza esta campaña para que nos vacunemos, cosa que podremos hacer siempre que lleguen las vacunas. Una campaña que quizás no habría hecho falta si no hubiéramos sembrado la desconfianza a raíz de los efectos secundarios de las vacunas y si no hubieran cambiado los criterios de vacunación. Se trata de que cuando sea posible se vacune al 70% de la población. Pensaba que no habría que lanzar una campaña para animar a la gente a vacunarse, después de habernos pasado un año suspirando para disponer de un antídoto para el virus y cuando sabemos que, cuando la mayoría esté vacunada, la economía mejorará. Al final, lo que nos matará no será el virus sino la desconfianza de todo.

Nuestro reconocimiento a los que trabajan en primera línea del covid-19 y un recuerdo para los que sufren, para los presos políticos, para los exiliados, y que tengamos un buen día.

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