El análisis de Antoni Bassas: 'Una temporada entre vacunas e indultos'

No perdamos de vista que desde el septiembre pasado hasta hoy han muerto en Catalunya más de 9.000 personas debido al covid-19. Un recuerdo para estas personas y para sus familias. Gracias por confiar en nosotros una temporada más

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Esta es el último análisis de la temporada, que dicho así suena a hito trascendental, pero que en realidad es el anuncio de que marchamos de vacaciones.

La temporada 20/21 ha tenido, aquí sí, algunos hitos: los indultos de los presos políticos, el nuevo Govern de la Generalitat bajo la presidencia del republicano Pere Aragonès y, sobre todo, la vacunación.

En septiembre, cuando se empezaron a tramitar los indultos, decíamos que representaban un mínimo de decencia política, teniendo en cuenta que los presos habían sido condenados por delitos que no habían cometido y que solo podían ser el inicio de una etapa de negociación que ahora apenas empieza. 

Costó mucho que Esquerra y Junts se pusieran de acuerdo para formar gobierno. Aquellos tres meses desesperantes entre febrero y mayo confirmaron la capacidad del independentismo político para dividirse, y que Esquerra y Junts continúan intentando conseguir dos cosas a la vez, la independencia y la hegemonía política. El independentismo continuaba ganando en las urnas, incluso con un 52% de los votos, pero con una gran abstención, no toda atribuible a la pandemia, que hizo votar a los positivos de covid a última hora, con los miembros de la mesa protegidos con trajes especiales. La falta de entusiasmo independentista en las urnas fue palpable. El PSC arrebató a Ciudadanos, ahora en liquidación, el primer lugar conseguido en 2017. Salvador Illa había sustituido a Miquel Iceta como cabeza de cartel e Iceta se convertiría en ministro, de enero a julio, de Política Territorial y desde hace cuatro días de Cultura.

En la temporada no han faltado dos viejos ingredientes. Uno es la corrupción, que mantiene al rey Juan Carlos en el exilio, en los Emiratos Árabes, mientras continúan saliendo cuentas de millones de dólares gracias a la investigación de la fiscalía suiza. Y el otro ingrediente es la represión política: el Tribunal de Cuentas busca la ruina literal de cargos y políticos, y aún ayer la justicia citaba a declarar al expresidente del Parlament Roger Torrent por haber permitido el debate y la votación sobre cuestiones como por ejemplo la monarquía y la autodeterminación, lo cual confirma, una vez más, que la democracia en España dista mucho ser plena y está más bien atrincherada si no permite un debate de estas características.

La temporada nos ha traído una palabra que en septiembre sonará insistentemente: bilateralidad, que es lo que intenta el Govern con la Moncloa, incluso con gestos como que el president Aragonès no vaya este viernes a la conferencia de presidentes autonómicos, a pesar de las presiones que le llegan de todas partes para que aparezca en la fotografía de la España multinivel, que es el concepto que se ha inventado el PSOE para sustituir plurinacionalidad, que no quieren ni parte de sus barones. España continúa sin reconocerse tal como es.

Decíamos que la temporada nos ha traído la vacuna del covid-19, y esta ha sido una gran noticia a escala mundial, sobre todo para los países capaces de administrarla. Porque piensen que mientras en Catalunya más de la mitad ya estamos vacunados del todo (un 56%, concretamente, una cifra que nos habría parecido extraordinaria hace un año, y un 63% tiene al menos una dosis), en África no pasa del 1,5% de la población. Y a pesar de este éxito en un país europeo como el nuestro, no perdemos de vista que desde el pasado septiembre hasta hoy han muerto en Catalunya más de 9.000 personas debido al covid-19.

Un recuerdo para estas personas y para sus familias. Gracias por confiar en nosotros una temporada más. Volveremos a saludarlos diariamente, cada mañana, desde este plató del ARA, antes de que acabe el mes de agosto.

Buenos días.

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