El análisis de Antoni Bassas: 'Viqui Molins, hoy ha muerto una mujer santa'
Si categorizamos los méritos de las personas de acuerdo con la tradición de la Iglesia católica, no encuentro otra palabra para definir los méritos de Viqui Molins que resumirla como santa. Por eso les dejo con su pensamiento sobre qué era la felicidad

Hoy hace un mes que juró como presidente de Estados Unidos, y Donald Trump ha puesto el mundo boca abajo. En el capítulo de ayer, y con su habitual repertorio de mentiras, Trump dijo que la guerra de Ucrania la empezó Ucrania, como si Putin no hubiera invadido a su vecino, y tachó a Zelenski de dictador. El abrazo de Trump a Putin, el abrazo de Estados Unidos a Rusia, nunca había sido tan descarado y tan vergonzoso. Por eso digo que Trump ha puesto el mundo boca abajo.
Pero hoy es noticia una persona que podríamos situar en las antípodas de Trump, porque no ha odiado, ha amado. Ha muerto Maria Victoria Molins, Viqui Molins, a los 88 años. Monja teresiana, profesora de lengua y literatura, escritora, hija de buena casa, que en los últimos treinta años de su vida les dedicó a los más pobres. Iba una vez a la semana a la cárcel a visitar a los presos que nunca tenían una visita. Cofundó el hospital de campaña de la parroquia de Santa Anna, donde cada día dan desayuno, almuerzo y cena a cientos de personas gracias al trabajo de cientos de voluntarios. Suerte hubo del Santa Anna durante la pandemia, en Barcelona. Han puesto pisos al alcance de gente que dormía en la calle, y ofrecen asesoramiento laboral, papeles… En 2018 pasó por este plató, y hablábamos de su trabajo con los sintecho:
"Yo diría los sin nada. No tener techo significa que la familia, el trabajo, la cama, todo les ha ido cayendo. Son mis amigos queridísimos desde que empecé, en los años 90, con sor Genoveva Masip, y ya vi que las iglesias no deben ser sólo para orar sino también para acoger. Es lo que hacía Jesús".
Hoy tengo la convicción de que ha muerto una santa. Si categorizamos los méritos de las personas de acuerdo con la tradición de la Iglesia católica, no encuentro otra palabra para definir los méritos de Viqui Molins que resumirla como santa. Por eso les dejo con su pensamiento sobre qué era la felicidad. Buenos días.
"El primero, que no hay cosa más importante que la persona. El segundo, que una religión que no lleve a la felicidad no es una religión. Dios es más importante que la religión. Y el tercero, que para ser feliz hay que pagar un precio".
¿Y cuál es el precio?
"Pensar más en los demás que en ti mismo. Esto es la felicidad. En la pareja, en todo, amarte a ti mismo y amar al otro por igual".