La Barcelona de los cinco millones, una apuesta segura

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La Barcelona de los cinco millones permitiría una mejor conexión de la región metropolitana.

Hace sólo dos días que se aprobó el Compromiso Metropolitano 2030, una nueva hoja de ruta para la región metropolitana de los 5 millones que, aunque está por acabar de definir administrativamente, es en la práctica no sólo una realidad sino también una necesidad. Barcelona es una marca y un referente mundial, pero sus 1,6 millones de habitantes no le permiten competir con las grandes metrópolis del mundo. Incluso ya empieza a ser insuficiente el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), que con 3,3 millones aglutina a 36 municipios y en el imaginario colectivo funciona como un todo a pesar de sus distintos niveles de gestión administrativa. Ahora, con este nuevo Compromiso, se está hablando ya de una gran región metropolitana de 5,1 millones de habitantes y 160 municipios que configuraría realmente la gran Barcelona, ​​una potencia económica y demográfica que podría hablar de tú a tú con otras grandes ciudades del mundo.

La presentación ayer de un informe de la Cámara de Barcelona y el AMB sobre el valor económico del área metropolitana quiere reivindicar esta potencia metropolitana y que la capital necesita y sustenta las poblaciones de su alrededor. El 83% de las filiales de empresas extranjeras en Cataluña se concentran en el AMB, que genera además el 55% del PIB de toda Cataluña, el 52% de la ocupación y el 45% del tejido productivo catalán. Los 80 indicadores que reúne el informe La metrópolis de Barcelona. Invertir, trabajar y vivir, 2023 demuestran la capacidad de atracción de la inversión extranjera de la metrópolis. El informe insiste en que es necesario remarcar que no se está hablando sólo de la ciudad de Barcelona para que los inversores entiendan que estamos hablando de un conjunto articulado y conectado.

Aunque los responsables de la Cámara no han querido entrar en el debate sobre cómo se organiza administrativamente esta gran región, lo cierto es que éste es el gran debate pendiente sin el cual será muy difícil que el resto pueda avanzar. Hace ya mucho tiempo, no años sino décadas, que se da vueltas sobre el mismo sin que se avance mucho más que en las propuestas y los planes. Hay muchos niveles de administración superpuestos –ayuntamientos, consejos comarcales, Diputació, Generalitat...– y cada uno de ellos tiene unas atribuciones y unos poderes que le cuesta soltar. Aunque ha mejorado mucho la colaboración entre administraciones, y que el AMB aglutina competencias comunes en muchos ámbitos, lo cierto es que habría que simplificar y unificar esfuerzos para que el conjunto funcionara de forma más coordinada y eficiente. Las políticas de vivienda, industriales, ambientales, de transporte y los servicios básicos deben tener una visión metropolitana.

Esto permitiría intervenir aún más en las desigualdades entre territorios, asegurar redes de movilidad que no tengan que pasar necesariamente siempre por Barcelona ciudad, reducir la duplicidad de gastos mejorando servicios básicos y contribuir al crecimiento económico con puestos de trabajo de calidad que permitan reindustrialización avanzada del país.

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