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Mariona Vilanova: "Los 'bartenders' somos médicos del alma"

'Bartender'

Mariona Vilanova
09/01/2025
4 min

GeronaEn su casa siempre han sido del ramo de la restauración. Su abuela llevaba un restaurante entre Llinars del Vallès y Cardedeu, y cuando ella tenía diez años la familia se trasladó a Blanes porque su padre hacía la temporada de verano como en maître de hotel en esta población costera. Mariona Vilanova vivió hasta los 30 años, cuando se fue a Girona, pero desde los 16 ya tenía el gusano de hacer lo mismo que le veía hacer a su padre: cócteles. De vez en cuando, participaba en concursos de cócteles –llegó a ser campeón mundial por equipos y subcampeón individual– y ella hacía de extra de sala. Con 16 años, Vilanova participó en su primer concurso de cócteles en la escuela de hostelería de Sant Pol de Mar y lo ganó.

Mariona Vilanova regenta la coctelería Nykteri's en Gerona.

Traducción

Vilanova estudió traducción e interpretación e hizo el grado superior en interpretación de lengua de signos catalana, estudios que compaginó con trabajos en el ramo de la hostelería. “En un principio quería estudiar dirección hotelera, pero me gustan mucho los idiomas y me decidí por traducción e interpretación", explica. Cuando se fue a vivir a Girona, entre semana trabajaba como intérprete de lengua de signos y los fines de semana hacía cócteles en un bar nocturno de Girona. en el banco, etc. Lo que hace la gente en su vida cotidiana, para las personas sordas es una película.

Pero Vilanova decidió dejar esta profesión para centrarse en su pasión. Trabajó por cuenta ajena un tiempo, mientras se preparaba para abrir su coctelería, y cuando podía competir en concursos de cócteles por todo el Estado. Se retiró en el 2019 como tercera mejor. bartender del Estado.

Mariona Vilanova preparando un cóctel.

Nykteri

La palabra griega nykteri significa "trabajar de noches hasta que salga el sol". "Estaba de vacaciones en Grecia y probé un vino que se llamaba así, y me gustó mucho. Así que cuando abrí mi primer local lo bautice así", dice Vilanova. Lo tuvo casi diez años en el Barri Vell de Girona, cerca de Sant Pere de Galligants. Vilanova lamenta que todo el mundo se atreva a hacer cócteles: "Después te encuentras cada cosa que tela. Me reventaba ver a tanta gente hacer un trabajo que no todo el mundo sabe hacer. Y lo abrí en Girona porque todo está centralizado en Barcelona y Madrid, y dentro de mí pensaba: «¿Por qué la gente de Girona no puede tener un sitio donde poder disfrutar de una buena copa?». Poco a poco el local se hizo un nombre y una fiel clientela. "La verdad es que me iba muy bien. Los hoteles y restaurantes me enviaban clientes suyos y los gerundenses también me dieron mucho apoyo".

Pero la propiedad del edificio quiso hacer unas reformas que empequeñecerían demasiado el local y decidió cerrar puertas. Entonces Vilanova, que llevaba años con un nombre como bartender a nivel estatal, empezó a formar futuros bartenders y una conocida marca de mixeros (bebidas creadas para combinar) la contrató como embajadora, con lo que participa en eventos en todo el Estado y de Europa. Actualmente imparte clases en la ESHOB (Escuela Superior de Hostelería de Barcelona).

Mariona Vilanova

Transformar los deseos en estado líquido

¿Qué es lo que le engancha tanto del mundo de los cócteles? "Crear algo nuevo de la nada. Mirar a una persona, preguntarle qué quiere y pensar cómo se siente o qué necesita. Y entonces prepararle un cóctel para que se sienta mejor. En el fondo, les bartenders somos como los médicos del alma. Haciendo cócteles transformas los deseos en estado líquido. Es un trabajo que saca a tu parte más creativa. Pero también es un trabajo muy agotador, porque no sólo creas cuando trabajas, sino que una idea te puede venir en cualquier momento", responde sonriendo dentro del nuevo Nykteri's que ha abierto hace unos meses en la avenida Ramon Folch, dos años después de cerrar el anterior. "No tenía ninguna intención de volver a abrir un local. Con la formación y como embajadora que soy de una marca ya me iba bien, pero ese local vino a buscarme. Literalmente. El propietario me propuso abrir de nuevo una coctelería aquí con unas condiciones que no podía rechazar", explica Vilanova.

Evolución

Este mes hace 32 años que Vilanova empezó en ese mundo que evoluciona constantemente. "Antes tenías un gin o dos, un vermut para hacer un cóctel y era todo muy pim, palm, pum. Las decoraciones eran una cereza verde, una roja o un corte de limón o limón. Todo esto ha cambiado muchísimo. Sólo de ginebras, aquí tengo unos sesenta. de eso. Para tomar esto hay otros muchos establecimientos". Trabajando tantos años detrás del mostrador se ha encontrado de todo. "Una vez un hombre me pidió que le combinara un whisky de quince años con coca-cola y le dije que no lo haría, al igual que nunca haré una sangría con un vino extraordinario. Hay bebidas que no es necesario que las toques, porque por sí solas ya son una fiesta, y hay otras que mezclándolas haces que sean mejores. otras que están infravaloradas". Sin embargo, Vilanova prácticamente no bebe alcohol. "Si salgo a cenar con mi pareja quizá tomemos una copa de vino, pero una y bastante. Y si me dejas en la sección de alimentación y bebidas de un supermercado soy la mujer más feliz del mundo", concluye.

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