Barça

El Betis acaba con la luna de miel de Xavi en el Barça (0-1)

Justo antes de la final contra el Bayern, el equipo azulgrana no consigue imponer su juego en un partido frustrante en el Camp Nou

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Memphis, defendido por Bartra durante el Barça-Betis

BarcelonaLa luna de miel se ha acabado. Justo antes de la final contra el Bayern, el Barça se hizo daño con una caída de aquellas que te dejan la espalda baldada. No solo por el resultado, con el triunfo de un Betis que hizo muy bien las cosas (0-1). Lo peor fue la sensación de impotencia de un equipo que acabó recibiendo el gol cuando parecía que por fin iba bien. Cruel broma del destino, como si así se quisiera dejar claro que Xavi no tiene tanta suerte, no tiene flor. La derrota deja al Barça a 13 puntos del Madrid, muy tocado en la Liga. Y con un montón de heridas en la piel antes de jugarse buena parte de la temporada en Baviera este miércoles. La euforia del cambio de técnico se ha acabado de esfumar y ahora queda la realidad, desnudada. Hay motivos para creer, claro, pero, como si fuera una cosecha, hay que trabajar ahora para recoger los frutos en el futuro. Ahora tocará sufrir.

Con una plantilla todavía corta, entre bajas y futbolistas con la cabeza vete a saber donde, Xavi debe de haber dormido poco los últimos días preguntándose si tenía que planificar el partido contra el Betis sin pensar en la final del miércoles o si se podía permitir el lujo de priorizar, de alguna manera, el partido de Múnich. Al final, protegió a Piqué, Eric Garcia y Frenkie de Jong, tres hombres destinados a ser titulares a la Champions. La mayor parte de entrenadores disfrutan de meses para cocinar a fuego lento sus proyectos. Xavi no. Ha aterrizado directamente a un barco que en caso de perder, puede acabar al fondo del mar. Le toca hacer equilibrios sobre una cuerda sin red de seguridad. Perder al campo de Bayern significa un golpe moral, deportivo y económico terrible, pero pinchar contra un buen equipo como el Betis tampoco era un buen negocio. Al Barça, nunca puedes fallar.

Xavi, pues, reclutó a Coutinho como titular. No era una idea alocada intentar recuperar al brasileño. Hacerlo sería como recibir un regalo de Navidad poco esperado. Y de paso, quizás podrían llegar ofertas para ponerle un lazo y hacer negocio. Y Coutinho puso ganas, pero sigue siendo un alma. Más que venderse a posibles compradores, siguió rebajando su precio de mercado rodeado de jóvenes que siempre tienen hambre, como Nico, Abde o Gavi, que fue sustituido antes del descanso después de recibir un fuerte golpe en la cabeza. Siempre pierde un jugador por problemas físicos, el Barça. Todo cuesta. Y más contra rivales tan atractivos como este Betis que salió con cinco catalanes en el equipo. Como el Vila-real, los andaluces hicieron sufrir un proyecto todavía en construcción.

Después del ritmo frenético de los primeros días con Xavi, el duelo contra el Betis fue un corte de digestión. El Barça, menos eléctrico, se vio bloqueado por un rival muy trabajado que llevaba peligro especialmente por las bandas. No mejoró el Barça con Riqui, que por fin disfrutaba de minutos entrando por Gavi. Después de tantas emociones, de imágenes para recordar con Alexia y Pedri ofreciendo sus premios en el Camp Nou, el Barça masticó arena en un partido donde tenía la pelota, pero no el control. De hecho, la figura que no deja de hacerse grande es la de Araujo. Cuando el Barça sufre, el uruguayo levanta la voz. Sin él, la quebradiza habría podido ser grande.

Lenglet y Busquets en acción contra el Betis

El partido no dejaba de ser el final de la luna de miel con Xavi. La euforia de las primeras noches ha acabado y ahora toca adaptarse a la convivencia, a los problemas domésticos. A ver coómo los jugadores más alentadores tienen cara de cansados, mientras Memphis sigue perdido y los rivales van entendiendo cómo parar un equipo que quiere ser protagonista de una obra con final feliz, pero acaba siempre interpretando un thriller. En la segunda parte, Juanmi llegó a hacer el 0-1 del Betis, pero estaba en fuera de juego por poco. Y Xavi se vio obligado a reaccionar, apostando por Dembélé, la estrella fugaz, el jugador de quién todo el mundo espera tanto, pero siempre hace lo que no te esperas. El sacrificado, cómo no, fue un Coutinho incapaz de rebelarse contra su triste destino. Además, Xavi protegió un Nico fatigado, haciendo entrar a De Jong. Y el Barça va animándose, entregado a un partido cada vez más roto, convertido en una ruleta rusa, con dos equipos que buscaban la portería rival. Un escenario ideal para Dembélé, cómo no. Pero también para los jugadores del Betis.

Después de haber jugado con fuego, el Barça por fin consiguió que el partido se jugara casi siempre hacia la portería de Rui Silva. Busquets, siempre omnipresente, se alió con Frenkie de Jong para hacerse con el timón, mientras Riqui Puig no acababa de encontrar su lugar. El centrocampista de Matadepera sigue siendo la historia de aquello que podría llegar a ser. Tampoco Dembélé lo acaba de conseguir. Los últimos partidos, siempre levanta a los espectadores con dos carreras traviesas, pero sigue siendo tan inconstante como un Barça que, intentando ganar el partido, acabó de exponer su espalda en las contras de un Betis listo. Cuando más intensa era la presión azulgrana, los andaluces lo hicieron muy fácil con una contra donde Canales puso la poesía y Juanmi, el gol. Ni Dest ni sus compañeros supieron cerrar la puerta a los béticos. Faltaban 10 minutos y el Camp Nou tambaleaba.

Entre Dembélé y Abde, jugadores de otra época por su forma de encarar al rival, intentaron evitar la derrota, pero el Betis, liderado por un Bartra imperial, supo resistir para llevarse el triunfo, a pesar de que Araujo reclamó un penalti en el último minuto. A diferencia del Vila-real, el Betis no cometió ningún error para permitir al Barça acabar con la cabeza alta. Sin ánimo y sin puntería, el Barça afrontará un partido vital consciente de que tampoco tiene suerte. Las ideas están, pero el Barça necesita aquello que precisamente no tiene, ahora mismo: tiempo y calma.

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