Montaje con los logos de ChatGPT y DeepSeek
27/01/2025
2 min
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Nvidia era la gran promesa de la inteligencia artificial generativa. Pero este lunes el fabricante de chips que se estaba haciendo cada vez más necesario en el proceso acelerado de irrupción de la IA ha sufrido la pérdida de valor en bolsa en un solo día mayor que ha afectado nunca a ninguna empresa. El terremoto ha sacudido a las bolsas estadounidenses, especialmente las compañías relacionadas con la inteligencia artificial, y todo el sector tecnológico. Y el epicentro ha sido una pequeña empresa china llamada DeepSeek, que no ha hecho nada que no hubieran hecho antes Google, Meta u OpenAI, entre otros: desarrollar un gran modelo de lenguaje (LLM) y un chatbot capaces de interactuar con los internautas. Pero la diferencia es que lo habría hecho de una forma más eficiente, más barata... y sobre todo que necesita menos chips de alta gama.

Estados Unidos pretende mantener el liderazgo de la carrera tecnológica de la IA generativa, entre otras vías, limitando el acceso chino a los chips de alta gama. Pero parece que esto ha llevado a DeepSeek a ser más creativa, a buscar una forma más eficiente de hacer lo que hacen las grandes tecnológicas occidentales. Esto es lo que ha provocado el terremoto en bolsa: la estrategia estadounidense para boicotear el avance tecnológico chino habría provocado el efecto contrario. Si la pequeña empresa china ha desarrollado su modelo de la forma que asegura que lo ha hecho, habría gastado una décima parte del dinero y una fracción de los chips que ha necesitado Meta para desarrollar el suyo. Cualquiera que pruebe DeepSeek podrá comprobar que sus respuestas –sí, el chatbot chino también entiende y contesta en catalán– son bastante equiparables a los chatbots de IA más populares. Y además es de código abierto, o sea que cualquiera podrá utilizarlo como base para desarrollar nuevas aplicaciones de inteligencia artificial.

La caída en bolsa de Nvidia y el sector tecnológico no indica que se haya hundido el negocio de la inteligencia artificial, sino que es incluso más volátil de lo que parecía, dejando en evidencia a las empresas tecnológicas occidentales . También las europeas, que corren el peligro de quedarse demasiado atrás en esta carrera global si no se multiplican iniciativas como la de Alia 40B, del Barcelona Supercomputing Center. El terremoto que ha provocado DeepSeek significa que en este sector todavía hay partido, que las grandes tecnológicas carecen de la victoria ni el liderazgo asegurados.

En este contexto, en Europa necesitamos empuje y no darnos por vencidos en una competición tecnológica que será uno de los factores clave que dibujará el mundo del futuro más cercano. Si queremos tener peso en el mundo que viene, necesitaremos fuerza, inversión y unidad de acción, pero también inventiva, creatividad y voluntad de competir. Debemos tener la capacidad para analizar el contexto que nos rodea y la visión de futuro necesaria para actuar. No podemos permitirnos quedarnos bloqueados.

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