Contaminación

¿Qué deben hacer las grandes ciudades para contaminar menos el aire?

Barcelona acoge la primera jornada en Europa sobre la nueva directiva, que debe endurecer los topes de emisiones de cara al 2030

Vista del aire durante un episodio de contaminación en el Baix Llobregat
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BarcelonaCon dos décadas de retraso, el Parlamento Europeo y los estados han acordado rehacer la nueva directiva de calidad del aire, que endurecerá los topes de emisión de los contaminantes más dañinos para la salud y los ecosistemas. Barcelona ha celebrado este lunes la primera jornada europea técnica y política de esta normativa, y la Generalitat calcula que, para aplicarla, será necesario que las grandes ciudades del área metropolitana reduzcan un 4% sus emisiones anuales. En el ámbito de la zona de bajas emisiones (ZBE) Rondas –que abarca prácticamente toda Barcelona, ​​Hospitalet y parte de Cornellà, Esplugues y Sant Adrià de Besòs–, debería alcanzarse una bajada anual del 6%. Ahora que Europa redobla las presiones para que, de cara al 2030, estos límites sean aún más bajos, ¿qué deben hacer las grandes ciudades para disminuir drásticamente los contaminantes en el aire?

Extender las ZBE para cambiar el parque de vehículos que circulan en las ciudades, ampliar los carriles bici, invertir en la oferta de transporte público para que sea posible moverse sin necesitar el vehículo privado y electrificar estos servicios. O poner freno a los grandes barcos y límites en la industria. Éstas son algunas de las propuestas que expertos y administraciones han valorado como parte de la solución a la jornada Retos de la Nueva Directiva de Calidad del Aire. Aunque ninguna de estas ideas es nueva, Europa ha enviado un mensaje claro a todos los estados y municipios: deben tomarse decisiones inminentes para respetar los nuevos topes, que son de 10 µg/m³ en el caso del dióxido de nitrógeno (NO2) y de 20 µg/m³ en el de las partículas finas en suspensión (PM) de 2,5 y 10.

La mitad de las emisiones contaminantes proceden de la movilidad y la medida estrella son las ZBE. Las administraciones están convencidas de que, si Catalunya quiere cumplir con los nuevos parámetros, es necesario desplegar ya las ZBE. "Es necesario un consenso que permita extender el modelo de Barcelona de forma estable y firme a todo el país", explica la vicepresidenta de Acción Climática del AMB, Janet Sanz. También la directora general de Calidad del Aire, Mireia Boya, las ha situado como modelo “ejemplar” para las ZBE de Tarragona, Lleida, Girona y los municipios del Arco Metropolitano: “Hay que parecerle lo máximo posible”.

Todo ello debe quedar plasmado en el nuevo decreto que prepara el departamento de Acción Climática, cuya aprobación se hará vía decreto y que se ha ralentizado por las discrepancias con los municipios metropolitanos. De hecho, el encuentro ha permitido tomar el pulso a las administraciones después de que el Govern haya aceptado que las ciudades fronterizas compartan la gestión de estos espacios de circulación libre de los vehículos más contaminantes; una posibilidad que permitiría ejes entre Sabadell, Terrassa y Rubí; Gerona y Salt; Reus y Tarragona o Vic y Manlleu.

Boya se ha limitado a subrayar "la necesidad de aprobar el nuevo plan de calidad del aire", y ha recordado que la ley del cambio climático de 2017, que incluye impuestos para los grandes barcos, está bloqueada en el Parlamento. En este sentido también se ha referido a la falta de inversión en transporte público, tanto en Cercanías, que vive un déficit de inversión crónico, como a las flotas de los autobuses y los estacionamientos que disuadan el uso del transporte privado.

Beneficios anuales de 42.000 M €

"La revisión de la directiva llega tarde, pero ha llegado", ha valorado el profesor del Instituto de Diagnóstico Ambiental del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Xavier Querol. El experto ha subrayado que el 70% del NO2 que respiramos proviene del tráfico rodado y que, de éste, el 90% sigue viniendo de los vehículos diesel de antes de 2018. En 2023 la capital catalana cerró el año cumpliendo los límites europeos y Sanz ha querido destacar que la pacificación de las calles del Eixample ha tenido efectos directos: "Pasan 280.000 vehículos, 70.000 menos, y se ha reducido un 11% el NO2".

El jefe de la unidad de aire limpio y políticas urbanas de la Comisión Europea, François Wakenhut, ha participado telemáticamente en la jornada y ha celebrado que todos los países hayan avanzado a pesar de los retos específicos de cada región. “Es esencial actuar contra la contaminación del aire y ahora es el mejor momento para ello. Tenemos suerte de ser europeos”, ha dicho.

Wakenhut ha recordado que un aire más limpio no sólo protege la salud de la población –evitará la muerte prematura de 300.000 personas–, sino que también ayudará en la conservación del medio ambiente –por ejemplo, reduciendo el maltrato de los bosques–, y habrá beneficios económicos. "Tener un aire de calidad en toda Europa en 2030 comportará beneficios anuales brutos estimados entre 42.000 y 121.000 millones de euros, mientras que los costes anuales serán inferiores a los 6.000 millones de euros", ha subrayado. También ha recordado que la clave de la lucha contra la contaminación radica en la consecución de consensos entre los países, y ha destacado la necesidad de establecer una hoja de ruta para decidir a qué se destina la financiación específica, que la UE estima en 47 millones de euros para el período 2021-2027.

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