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DO Pla de Bages: variedades autóctonas y tradición familiar

Elaborar vino al amparo de una denominación de origen es garantía de origen y calidad, el reflejo de una tradición histórica catalana y europea que ahora se promueve con la campaña "Catalunya, donde el vino es cultura. El valor del nuestro paisaje, la riqueza de nuestro vino"

Cabaña de piedra seca, conocida también como barraca de viñedo.
Redacció
17/12/2024
4 min

Desde 1995, la Denominación de Origen Pla de Bages protege y agrupa las bodegas y vinos elaborados en las comarcas del Bages y parte del Moianès, todos ellos de tradición familiar y con viñedo propio. Situada en el corazón de Cataluña, esta zona vitivinícola se levanta entre las formaciones montañosas de Montserrat, la sierra de Castelltallat y el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt y L'Obac. Es un paisaje único formado por pequeñas parcelas de viña rodeadas de bosque y biodiversidad que enriquecen el vino con una gran huella del territorio.

La historia de la viña y el vino en el Bages viene de lejos. Incluso se dice que el nombre viene de Baco, el dios romano del vino. Barracas, tinas a pie de viñedo y muros de piedra seca forman parte de su patrimonio vitivinícola, hoy reconocido como patrimonio inmaterial y Geoparque Mundial de la Unesco.

La variedad autóctona más representativa de la zona es el picapoll, que aporta una gran personalidad al vino. Además, en esta DO recuperar, preservar y conocer las variedades de uva autóctona como la mandó y el sumoll hace que las raíces del pasado inspiren la visión de futuro.

La DO Pla de Bages engloba dieciséis bodegas en una superficie de cultivo de 500 hectáreas. En Cataluña, en total se producen 340 millones de botellas de vino –90 millones de vino tranquilo y 250 espumoso–, un 50% de las cuales se comercializan en Cataluña El resto se comercializan en España y en el exterior –principalmente en Reino Unido, Suecia, Alemania y los Estados Unidos.

Además de la DO Pla de Bages, Cataluña dispone actualmente de diez denominaciones de origen más de producción de vino, aparte de la DO Cava: Priorat, Montsant, Terra Alta, Cuenca de Barberá, Penedès, Cataluña, Costers del Segre, Empordà, Tarragona y Alella.

La Ruta del Vino del Pla de Bages

En la falda de Montserrat se puede encontrar un territorio fragmentado por bancales y barracas de piedra seca, lagares excavados y tinas en medio del bosque donde antiguamente habían crecido miles de hectáreas de viñedo. Con la Ruta del Vino del Pla de Bages se pueden saborear los vinos que elaboran las antiguas estirpes de viticultores, cooperativas centenarias y también las pequeñas bodegas familiares. Por los rincones de esa denominación de origen se respira la cultura del vino.

Con la Ruta del Vino de la DO Pla de Bages podrás descubrir este patrimonio de piedra seca, el territorio, la cultura y los vinos con denominación de origen a través de una veintena de experiencias singulares, visitas con cata a las bodegas y establecimientos que transmiten la cultura del vino de la zona. En esta ruta se pueden visitar hasta dieciséis bodegas que tienen las puertas abiertas a los visitantes y también existen ocho alojamientos hoteleros, ocho restaurantes y siete empresas de actividades de la zona vinculadas con la cultura, el territorio y el turismo que están implicadas en la oferta enoturística del Pla de Bages.

Las experiencias están clasificadas según su duración –desde sólo 4 horas por una visita puntual a experiencias con alojamiento o de un día entero–, el tipo de actividad –enoturismo y bienestar, arte y vino, descubrimiento de piedra seca, enoturismo entre viñedos y enoturismo y cultura, vino y gastronomía, visita a las bodegas y visita a las tinas a pie de viñedo– y, finalmente, por establecimiento y por municipio –Artés, Aviñón, Bages, Calders, Castellbell y el Vilar, Castellfollit del Boix, Manresa, Navàs, Puente de Vilomara y Rocafort, Sallent, San Frutoso de Bages, Santa María de Guardiola y Santa María de Oló.

La oferta enoturística de la Ruta del Vino de la DO Pla de Bages también tiene ofertas coyunturales en fechas muy determinadas como es el caso de las Fiestas de Navidad, que tienen su propia oferta, también en torno al mundo del vino y de la denominación de origen.

El enoturismo en Cataluña

Detrás de cada botella que se produce en Cataluña hay un universo que se muestra destapándola. Y al probarla, te revela su carácter franco, la naturaleza del paisaje en el que ha nacido, la personalidad de quien la ha forjado y el espíritu de quien la ha hecho crecer.

Viajar por todos los rincones del país, evocar paisajes, escuchar a personas, sumergirse en su historia y compartir un legado milenario, entender sus orígenes, empezar una botella, sentir el viaje y saborear la vida: esto es l experiencia del enoturismo en nuestro país.

En total, Cataluña dispone de más de 300 bodegas visitables. Te abren las puertas de su casa para que pruebes sus especialidades y, al mismo tiempo, conozcas su contexto histórico, social y cultural, que convierte nuestra casa en un destino enoturístico único.

En estas más de 300 bodegas, y también en las dieciséis de la DO Pla de Bages, podrás conocer desde la llegada del cultivo de la viña a nuestra casa hasta el centenar de bodegas cooperativas de estilo modernista –conocidas como catedrales del vino –, las barracas y los lagares de piedra recuperados en medio de los bosques, los museos de la vida campesina, las fiestas tradicionales dedicadas al vino que todavía es conservan y las grandes bodegas del país que se levantan como símbolos contemporáneos de la importancia del vino en la gastronomía catalana.

Y es por eso que podemos decir que en Cataluña el vino es cultura.

Espacio Amparo Molinero: DO Pla de Bages

La pedra seca del Bages: les millors escultures del món

Cuando fuimos a vivir al Bages, hace dos años, las bodegas de la DO nos hicieron una bienvenida preciosa en la sede de la DO. Y tuve dos regalos. Poder probar todos sus vinos, que ya admiraba, y poder meterme dentro de una bota bagenca, por la apertura. Una de esas botas tan gigantescas que no podrían salir de la bodega si no estuviera a piezas.

El Pla de Bages es picapoll, una variedad recuperada, y es sumoll, que no podemos estimarlo más, y es mandón, que se está recuperando. Todas y cada una de las bodegas de DO Pla de Bages hacen maravillas. Y no sólo en las botellas. También fuera.

La filoxera, que dejó Francia sin viñedo, hizo que nuestros vinos fueran la alternativa. En el Bages se plantó mucho, entonces, hasta el punto de que se convirtió en la zona con más viñedo plantado de Cataluña. Y esto nos dejó un paisaje como el que tenemos hoy, que es lo que preservan, mantienen y cuidan a nuestros viticultores: el de la piedra seca. Con las barracas de viñedo, los cerrados, los bancales y las tinas, que perforan las masías de arriba abajo. Y Montserrat, que lo mira. Me encantan los vinos de la DO Pla de Bages. Tan difíciles de hacer, tan mágicos de beber.

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