El empresario tras el histórico casino de la Rabassada
Josep Sabadell ideó un lujoso recinto, con hotel y atracciones, que bajó la persiana cuando el juego se declaró ilegal en 1912
Si circulamos por la carretera de la Rabassada, la que une la ciudad de Barcelona con Sant Cugat del Vallés a través de Collserola, encontraremos fundamentalmente un paisaje muy verde y salvaje, pero a la altura del kilómetro 6,5 nos veremos rodeados de ruinas un tiempo pasado que se intuye que fue mejor. Aunque cueste creerlo, hace más de un siglo allí se levantaba un casino monumental que durante un período de tiempo muy breve fue el epicentro de la diversión más glamurosa de Barcelona. El complejo también incluía un gran hotel y un parque de atracciones. El ideólogo de todo aquello fue Josep Sabadell, un empresario y político graciense que pensaba a lo grande, una virtud que parece haber desaparecido de las costumbres catalanas actuales.
La base del proyecto fue el hotel que existía previamente (desde 1899), al que se añadió el casino y toda una serie de atracciones de carácter lúdico, que entonces llamaban “deportes americanos ” (montañas rusas, water chute o bowling alley, entre otros). Como ocurre hoy en día, el proyecto estaba fuertemente enfocado a los visitantes extranjeros de elevada capacidad de gasto; de hecho, formalmente el casino se construyó a partir de un club privado anterior llamado Círculo de Extranjeros, donde catalanes y foráneos se encontraban para hablar de negocios.
Antes de todo esto, Sabadell había tenido un largo recorrido político y empresarial, con responsabilidades de alto nivel, como convertirse en el alcalde de la villa de Gràcia (1892) –pocos años antes de que fuera engullida por Barcelona – o ser concejal del Ayuntamiento de la capital; en el ámbito empresarial, fue presidente del Centro de Contratistas Generales de Obras y Maestros de Casas de Barcelona, presidente de la Mutua de Seguros Contra Accidentes de los Contratistas, presidente de la Confederación Nacional Patronal, presidente de la Federación Patronal Catalana y vocal de la junta consultiva de la Unión Gremial de Barcelona.
En este último ámbito, el mundo de los negocios, Sabadell estuvo profundamente implicado en los transportes, con proyectos de tranvía para unir Barcelona con Terrassa atravesando Collserola (1906), con la concesión de la línea entre la capital catalana y Manresa ( 1907) y con la construcción del tranvía hasta el Tibidabo (1910), que acabaría sirviendo para llevar al público a la zona lúdica del casino.
Un aspecto curioso vinculado a Sabadell es la propiedad de uno de los edificios más singulares de la avenida Meridiana, el del número 99, que precisamente se llama Casa Sabadell. Se sabe que fue construido a partir de 1914, se sabe también que el arquitecto fue Josep Masdeu, pero de lo que algunos dudan es de la identidad del propietario: ¿Delfí Sabadell Serra, fabricante de jabones, o quizá Josep Sabadell Giol , constructor y promotor? Haciendo una búsqueda podemos encontrar fácilmente partidarios de una teoría o de otra, ya que la duda persistía hace poco. No ha sido hasta este 2022 que parece haberse resuelto de forma definitiva el enigma, en este caso en favor del primero de los candidatos, el fabricante de jabones. Lo que parece que sí hace referencia a Josep Sabadell es el inmueble de la rambla de El Prat, número 9, en el distrito de Gràcia. Volviendo a su proyecto estelar, el del Casino de la Rabassada, cabe decir que en 1912 el juego fue declarado ilegal, por lo que el establecimiento tuvo que bajar la persiana en breve, con la consiguiente quiebra de la empresa promotora un año más tarde.
La historia del recinto recuerda la del ambicioso Autódromo de Terramar, uno de los primeros circuitos automovilísticos del mundo, ubicado junto a Sitges y que quebró poco tiempo después de ser inaugurado. En el caso del complejo lúdico de Collserola, el hotel todavía resistió hasta el año 1933, pero todo el conjunto fue derribado una vez terminada la Guerra Civil, porque las instalaciones habían quedado muy dañadas (durante el conflicto bien se utilizó como cuartel de carabineros). La vida de Josep Sabadell fue paralela a la del sede casino, porque murió en 1914 –coincidiendo con la caída en desgracia del proyecto– a causa de la epidemia de tifus que golpeó la capital catalana.