EDITORIAL

El éxito de la Barcelona tecnológica versus el Madrid financiero

Panorámica del Barcelona Supercomputing Center
14/01/2025
2 min
Regala este articulo

En los últimos años hemos asistido a un alud de datos que pretendían subrayar la pujanza del modelo Madrid y, de paso, la decadencia de Barcelona en un discurso alimentado desde la capital del Estado pero que también ha sido asumido, en parte por razones políticas, por ciertos sectores catalanes. Sin embargo, las comparativas entre ambas ciudades parten siempre de un problema, y ​​es que habitualmente los datos disponibles hacen referencia a la Comunidad de Madrid ya Cataluña. Sin embargo, no son cosas comparables. La Comunidad de Madrid no deja de ser un área metropolitana, el famoso Madrid DF; por tanto, la comparativa debería ser con el área metropolitana de Barcelona. Un estudio de la Cámara de Comercio, realizado por encargo del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y titulado La metrópolis de Barcelona. Invertir, trabajar y vivir, 2024, ajusta las cifras y desmonta varios de los tópicos que han hecho fortuna en los últimos años interesadamente. Para empezar, el PIB per cápita ajustado por paridad de compra del área metropolitana de Barcelona es incluso superior al de Madrid –43.427 euros frente a 41.400 euros–, situándose en la franja media-alta europea.

Pero lo importante no es la cifra en sí, sino cuál es el modelo económico que hay detrás. Los datos demuestran que Barcelona es un potente hub de tecnologías de la salud, lo que le ha convertido en la octava ciudad europea que más inversión tecnológica ha atraído en los últimos diez años, con 6.300 millones (mientras que Madrid ha atraído a 5.000). De hecho, la capital catalana es la única ciudad española que aparece en el ranking EMEA en captación de inversión global en salud. Además, si miramos al conjunto del país, resulta que Cataluña se sitúa en tercera posición, sólo por debajo de Suiza y Países Bajos, en cuanto al número de publicaciones por millón de habitantes sobre terapias avanzadas en los principales países de Europa los últimos diez años.

Estos indicadores normalmente no ocupan grandes titulares, pero muestran que la ciudad y su área de influencia han sabido adaptarse a los nuevos tiempos y aprovechar sus puntos fuertes (un denso ecosistema universitario, una red de parques tecnológicos y centros de investigación, hospitales de prestigio, buenas comunicaciones, calidad de vida, etc. para atraer talento y capital) para situarse como una metrópoli de referencia en el tan competitivo mundo de las ciudades globales. No en vano Barcelona es la tercera ciudad preferida para instalar una start-up, tiene un porcentaje de empleo en el ámbito tecnológico superior al de la media de la UE y es un destino estrella para los directivos (con los efectos perniciosos que esto ha tenido en el mercado inmobiliario). Hay turismo, es cierto, pero los visitantes también vienen a las ferias a hacer negocios, un campo en el que la distancia con Madrid no ha hecho más que ensancharse.

La conclusión es que la situación es mejor de lo que algunos pretenden hacer creer y que Barcelona abandera un modelo de crecimiento que es el de futuro a pesar de todos los déficits y el hecho de tener que competir con un Madrid dopado por el Estado . La clave ahora es no dejar perder, sino multiplicar, todo ese potencial que se ha construido con el viento en contra pero con mucho esfuerzo, trabajo y talento.

stats