Tribunales

La Fiscalía exculpa a uno de los policías infiltrados en movimientos sociales de Barcelona

El ministerio público pide al juez que no admita a trámite la querella de seis activistas

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Agentes de la Policía Nacional en una imagen de archivo.

BarcelonaLas mujeres dieron su consentimiento libremente y el policía no abusó de su condición de agente para acostarse con ellas. Estos son los dos principales argumentos con los que la Fiscalía exculpa el segundo policía infiltrado en movimientos sociales de Barcelona. Seis activistas del barrio barcelonés de Sant Andreu se querellaron finalmente contra este agente tras saber que el hombre con el que habían mantenido relaciones sexuales durante un tiempo era en realidad un agente de la Policía Nacional que se había infiltrado en movimientos anarquistas entre junio de 2020 y diciembre de 2022 para extraer información, tal y como avanzó La Directa. Ahora, el ministerio público ha pedido al juez que lleva el caso de que archive la demanda, porque no ve "indicios de ningún delito".

De hecho, el fiscal recuerda que los agentes infiltrados no son los únicos policías que esconden su condición o simulan otra identidad, y cita como ejemplo los casos de agentes de seguridad ciudadana que patrullan de paisano para prevenir hurtos o investigar el tráfico de drogas o de los agentes de inteligencia. Pese a que esta figura no está regulada legalmente, la Fiscalía considera que el ámbito penal no es el lugar para discutir cómo debería desarrollarse esta tarea policial. Ahora bien, sí abre la puerta a la posibilidad de que las querellantes recurran a la vía civil oa la contencioso-administrativa si consideran que les han vulnerado algún derecho o han sufrido algún daño patrimonial. Para el ministerio público, esta sería la vía "más idónea" para que el caso pudiera prosperar.

Las seis activistas que se sumaron a la querella conjunta acusaban al policía infiltrado –que respondía a las iniciales DHP–, de los delitos de agresión sexual, contra la integridad moral o tortura, descubrimiento y revelación de secretos e impedimento del ejercicio de los derechos civiles. En un escrito entregado en el juzgado del caso, la Fiscalía les descarta uno por uno. En cuanto al delito sexual, la Fiscalía considera que el agente no tenía por qué revelar su profesión a las mujeres y descarta que el hombre "abusara de su condición de policía" para mantener relaciones sexuales con ellas. En este sentido, subraya que las querellantes aceptaron "libremente, sin violencia ni intimidación" mantener relaciones con ellas.

Con este mismo argumento, el ministerio público descarta que el policía "humillara o vexara" a las activistas para que se le pueda investigar por un delito contra la integridad moral o torturas, incluso aunque se acostara con ellas por extraerles información, porque no cree que el acto sexual en sí tuviera una connotación "degradante". "El hecho de que las querellantes tengan sentimientos de malestar a posteriori no convierte su experiencia en un acto degradante", concluye el fiscal que firma el escrito.

Su ideología "no era ningún secreto"

Por último, la Fiscalía tampoco cree que el policía cometiera un delito de revelación de secretos, porque no consta que les interviniese ningún documento o ninguna llamada, o que las grabara. De hecho, el fiscal subraya que la ideología de las querellantes "no era ningún secreto". Además, descarta que el agente vulnerara el derecho a la vida privada y familiar de las seis mujeres, su derecho de asociación, seguridad personal, dignidad o libertad ideológica.

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