¿Cómo funciona la lógica de la Fórmula 1? Así es como la competición intenta hacer el transporte más sostenible
La empresa DHL es la encargada de trasladar las cerca de mil toneladas de material necesarias para poder disputar cada una de las 24 carreras programadas
La Fórmula 1 es la principal competición del automovilismo mundial. Este año acoge un total de 24 carreras en todo el mundo, el récord absoluto de pruebas disputadas en un solo año. Y, aunque siempre se hable del estrés que esto genera en los mecánicos, pilotos, técnicos y personal de cada uno de los equipos, lo que a menudo no se tiene tan presente es el reto mayúsculo que supone para los operadores logísticos que trabajan en la Fórmula 1.
Desde hace veinte años la empresa DHL es la encargada de trasladar a todo el mundo las cerca de mil toneladas de material que necesitan los equipos y organizadores para poder disputar una carrera, y en muchos casos toda esta carga ha de realizar miles de kilómetros en pocos días. Sin embargo, la Fórmula 1 persigue objetivos de sostenibilidad y neutralidad de carbono. Así pues, la pregunta es evidente: ¿cómo se puede intentar hacer compatible la sostenibilidad con el hecho de tener que transportar toneladas y toneladas de material en todo el mundo?
El transporte menos contaminante
Estamos muy acostumbrados a oír hablar de las emisiones contaminantes, de las etiquetas medioambientales o del CO2, pero casi siempre estos conceptos van asociados a los vehículos privados o, a lo sumo, al transporte por carretera. No se habla tanto (al menos en el sector de la automoción) de las emisiones contaminantes de otros tipos de transporte, como el marítimo y el aéreo. Y aunque sea cierto que un barco contamina mucho más que un coche o un camión, también permite desplazar muchísimas más toneladas de carga que cualquier otro medio de transporte.
Es por este motivo que la Fórmula 1 intenta, siempre que sea posible, utilizar el transporte marítimo para desplazar la parte principal de la carga que debe mover entre cada Gran Premio. Normalmente, los barcos transportan los boxes, los motorhombres y elementos similares, muy voluminosos y pesados pero que no son totalmente importantes en lo que respecta a la competición. Por su parte, los aviones son los encargados de trasladar los más valiosos elementos de los equipos: los coches.
Así, los monoplazas realizan más de 130.000 kilómetros cada año parcialmente desmontados a los aviones Boeing 777 que DHL destina expresamente y que, en comparación con los antiguos Boeing 747 (de cuatro motores en vez de los dos del 777), reducen las emisiones de CO2 en un 17%. Pero una vez llegados a destino tanto los aviones como los barcos es necesario finalizar el transporte de todo el material hasta los circuitos. Y de eso, evidentemente, se encargan sus camiones.
300 camiones
Cabe decir que a la hora de transportar las cerca de 50 toneladas de material que cada equipo debe trasladar de un circuito a otro se utilizan aviones cuando los desplazamientos son notablemente largos, pero cuando las carreras se disputan en Europa en la mayoría de los casos se utilizan camiones para casi todo. Sí, incluso en las semanas en las que hay dos carreras seguidas, teniendo tan sólo un margen de tiempo que va desde el mismo domingo de Gran Premio (una vez finalizada la prueba) hasta el jueves siguiente.
Actualmente, la empresa norteamericana DHL utiliza unos 300 camiones, de los que hasta hace unos meses 18 funcionaban con biocombustibles. Concretamente estamos hablando del combustible drop-in HVO 100, formado a partir de materias primas renovables de base biológica obtenidas de aceites y grasas usadas, como por ejemplo el aceite de cocina. Pues bien, con motivo del último Gran Premio de Catalunya, DHL anunció que aumentaba la cifra de camiones que utilizan biocombustibles de 18 a 37, un incremento notable y que ayuda a la empresa logística a conseguir el objetivo de ser completamente neutra en carbono, previsto para el año 2030.
Porque hay que tener en cuenta que cada uno de estos camiones, que pueden transportar hasta 40 toneladas y recorrer 3.500 kilómetros por cada depósito de 1.000 litros, reducen las emisiones de CO2 en un 83% respecto a los que utilizan combustible diesel convencional. Por si alguien se pregunta cómo pueden llenar el depósito en países con infraestructura limitada, hay que saber que DHL sitúa estratégicamente varios camiones cisterna durante los recorridos para poder hacer combustible dos o tres veces.
Sea como fuere, todavía queda un largo camino por recorrer. Ya no sólo para llegar a las emisiones cero que DHL quiere conseguir en el 2050, sino también a nivel de planificación interna de la Fórmula 1. Añadir cada vez más carreras ayuda a aumentar el espectáculo y los ingresos, pero también el estrés de todo el personal de los equipos, presión logística y emisiones contaminantes. Quizás se podría empezar por algo tan sencillo como evitar incongruencias en el calendario, porque por ejemplo este año después de los Grandes Premios de Imola (Italia) y Mónaco, la Fórmula 1 se desplazó hasta el circuito Gilles Villeneuve (Canadá) y después pasar por Cataluña.