Hiroshi Yamauchi, el padre de Super Mario que cambió Nintendo y el ocio mundial
Heredero precoz de la empresa familiar, supo reinventar la compañía y llegó a ser el hombre más rico de Japón
- Diseñador de videojuegos y tercer presidente de Nintendo
¿Quién podía pensar, a principios de la década de los 80, que un latero con sangre italiana y mostacho prominente sería, durante las décadas siguientes, el icono mundial de los videojuegos? Sí, al igual que el Barça es más que un club, Super Mario se ha convertido mucho más que en un muñequito animado de las videoconsolas. Y de ello es responsable su creador, Shigeru Miyamoto, pero también la cabeza visible de la casa Nintendo, que apostó por un personaje que empezó actuando casi como simple secundario en una aventura de Donkey Kong y acabó convirtiéndose en una de las grandes estrellas del sector.
El 19 de septiembre se cumplirán diez años de la muerte de quien lideró Nintendo durante más de medio siglo (1949-2002) y, por tanto, es un buen momento para recordarlo. El año clave en la vida de Yamauchi fue en 1948, cuando su abuelo y presidente de Nintendo sufrió un ictus que le obligó a dejar su trabajo poco después. El sucesor elegido fue precisamente nuestro protagonista, que sólo tenía 21 años y unos planes muy distintos, como sacarse la carrera de derecho en la Universidad de Waseda.
Ante la posibilidad de encabezar la empresa familiar, dejó los estudios y se puso a trabajar. Con él, la cuarta generación de los Yamauchi pasaría en primera línea. Puede parecer extraña esta transición de abuelo a limpio, pero es que su padre (marido de la hija del patriarca) abandonó su trabajo y su familia poco antes de heredar. Y no fue fácil para Hiroshi asumir esa gran responsabilidad, porque no fue bien recibido por los más veteranos de la compañía, que desconfiaron de entrada a alguien tan joven. La solución fue despacharlos a todos.
Como se pueden imaginar, la Nintendo de la post Guerra Mundial tenía un perfil muy diferente al de hoy, porque su producto estrella eran los naipes japoneses (conocidos como hanafuda), que producían desde los inicios de la casa, en 1889. Desde el principio, Yamauchi mantuvo la línea tradicional del negocio, pero coincidiendo con el crecimiento económico y la americanización de los años 50 tuvo la idea brillante de comprar licencias de personajes de Disney para sus cartas, lo que le permitió descubrir los atractivos del mercado infantil. Durante más de una década este producto proporcionó grandes beneficios a Nintendo, pero a mediados de los años 60 empezó a declinar y hubo que reinventarse.
Los hoteles por horas, el arroz instantáneo o una red de taxis no fueron la solución. Hasta que Yamauchi decidió enfocarse en los juguetes. El primer éxito fue una mano extensible llamada Ultra Hand y después una pistola de luz. Pero la electrónica estaba llegando al mundo de los juegos y al empresario japonés se le abrieron los ojos con el éxito de dos jóvenes compañías estadounidenses llamadas Atari y Magnavox, que se dedicaban a hacer juegos para visualizar en una pantalla de televisión . Eran los primeros pasos de los videojuegos. Su respuesta fue llegar a un acuerdo con Magnavox para distribuir sus juegos (básicamente elOdyssey, considerado el primer videojuego de la historia) y poco después fichar a ingenieros de Sharp para desarrollar su propio producto.
El primer dispositivo que salió de Nintendo fue el Game & Watch (1980), para después dar el salto con el célebre Famicom (Family Computer), en 1983. El primer juego con un gran éxito de Nintendo fue l mencionado Donkey Kong, de 1981, donde aparecía un primigenio Mario. Ya consolidados en el mundo de las consolas, lanzaron al mercado sucesivamente a Game Boy, Super Nintendo y GameCube.
Los éxitos de Nintendo en Yamauchi le dieron fama y dinero, hasta el punto de que llegó a ser el hombre más rico de Japón (2008), con una fortuna en ese momento de 7.800 millones de dólares. La compañía que dejó sigue siendo una multinacional líder, cuya facturación supera los 10.000 millones de dólares. Hoy los máximos accionistas de la firma son los grandes bancos japoneses, dado que las acciones de Nintendo son una de las inversiones preferidas de los ahorradores.