Lourdes Olivé Bonet: "Las historias del libro son familiares y utilizo anécdotas que han pasado en Espluga"

Lourdes Olivé Bonet nació en L'Espluga de Francolí en 1973, pero lleva años viviendo en Barcelona, ​​donde ha desarrollado su carrera profesional –con estancias en otros países– después de licenciarse en ciencias económicas y empresariales y formarse en coaching. La localidad de la Conca de Barberà y su familia le han inspirado para escribir su primera novela, El secreto de la Armonía, publicada por La Musca.

De pequeña usted ya escribía.

— Lo de escribir me vino por accidente, porque en la escuela, en Espluga de Francolí, siempre hemos tenido tradición de concurso literario, con los Premios Baldiri Reixach. Te obligaban a presentarte y con siete u ocho años gané un tercer premio de poesía. Y pensé que sería escritora. Sueños de niña. En casa escribía poesías a mano y después las transcribía con la máquina de escribir con dos papeles de carbón. Tenía una copia para la editorial a la que la publicaría. Mi padre me contaba que en el monasterio de Poblet imprimían libros y yo pensaba que un día iría a Poblet, les enseñaría mis poesías y me harían un libro.

Pero su primer libro lo ha publicado pasados ​​los cincuenta años.

— Escribí una quincena de poesías durante unos tres años, pero en algún momento me doy cuenta de que no era suficientemente buena, que no escribía bien. Solté esa idea. Siempre he tenido el anhelo de escribir, pero también el miedo a hacerlo.

Este anhelo se hace finalmente realidad.

— Soy madre y una de mis amigas que también lo es empezó a realizar un curso de parentalidad afectiva, de crecimiento personal. A mí este tema no me interesaba mucho porque siempre he sido una persona muy práctica, pero mi amiga me inscribió en este curso, que era para ayudar a tus hijos con mejor crianza, pero en el fondo este curso ayudaba a trabajar la autoestima. A las mujeres de mi época nos enseñaron mucho a servir a los demás, con ese mensaje que no eres suficiente. En una de las sesiones, la facilitadora me propuso realizar una regresión a la infancia.

¿Qué ocurrió?

— Cerré los ojos, me fui dejando guiar y recordé las poesías y esa niña que quería ser escritora. Y el resto de las doce sesiones que hicimos siempre comenzaba con "¿Cuándo empezarás a escribir el libro?" Lo odiaba porque me confrontaba conmigo misma. ¿Quizás sí que puedo y no lo estoy intentando? Esto sembró una semilla y una amiga mía me recomendó el Ateneu Barcelonès y sus cursos de escritura para aprender. El curso de narrativa al que me apunté en 2021 terminaba con un proyecto de novela. ¡Eso es más serio de lo que parecía! Me inspiré en una hermana de mi abuelo, un monólogo interior, que escribí tal y como mana. En la Escuela de Escritura les encantó y me dijeron que tumbara el hilo. Mi objetivo en el Ateneo era aprender a escribir y no publicar una novela. Todo el mundo allí tenía su novela en la cabeza y yo tenía un proyecto que para mí era una herramienta para aprender a escribir. Hacía lo que podía, me divertía en el proceso y cuando hablaban de cómo se publica una novela, yo desconectaba. Todo el mundo estaba muy obsesionado con cómo publicar. Con mi novela quería descubrir mi estilo y ser auténtica, que cuesta mucho conseguirlo.

De dónde viene el título deEl secreto de la Armonía?

— Haría un spoiler si lo digo. Armonía es una palabra que me gusta mucho. En este libro existen unos valores como la paz, la libertad, el idealismo para un mundo mejor, que todo el mundo tenga acceso a la educación, la igualdad de las mujeres... Todo esto con armonía sería fantástico. En la novela existen conflictos familiares y la armonía también iría muy bien. El secreto tiene que ver con la protagonista, que es una idealista y odia las mentiras y tiene un sentido de la justicia muy grande desde que es pequeña. La vida le atrapa y tendrá que vivir con un secreto. Son esas incoherencias de la vida.

¿Hay mucho de usted en Camelia, la protagonista?

— El libro lo dedico a mi tía, una hermana de mi abuelo, que estaba muy presente en mi vida cuando crecí. No sé si hay de mí, de ella o de las mujeres de mi familia que tienen ese carácter luchador y ese sentido de la justicia. Creo que se mezcla un poco todo: esos ideales, esas conversaciones que tuve o las que no tuve y me he inventado. El "tú puedes, sale adelante" y la igualdad de las mujeres sí lo saqué de ella.

¿Dónde se desarrolla la novela?

— Ocurre en un pueblo. No he querido ponerle Espluga, porque me habría obligado a ser muy precisa con los nombres de las calles y de las familias y la gente empezaría a pensar en apellidos. He intentado hacerla neutro, pero me he criado en Espluga y mis historias son de allí y la gente del pueblo encontrará lugares conocidos.

¿Cómo ha sido el proceso de documentación?

— Para poder escribir necesitaba sentirme segura y esa seguridad la he cogido del marco histórico, de ponerme en esa época. Muchas cosas son historias familiares, pero el resto ha sido mucha documentación. Sobre todo he utilizado libros antiguos y la hemeroteca de La Vanguardia y ataba lo que estaba pasando en la novela con lo que estaba pasando en el mundo. Encontré un libro de mi tío, Miquel Olivé Porté, que lideró la movilización de los jornaleros en la Conca de Barberà. Allí vi cómo plantaron cara al sistema.

La novela la ha publicado con una editorial de Espluga, La Musca.

— Cuando tengo una oferta de otra editorial para publicarla, llamo a la librería del pueblo y les pregunto cuántos ejemplares creen que podrían venderse en L'Espluga. Y me dicen que si publico con una editorial pequeña porque no lo hacía con La Musca. Me pusieron en contacto con una de sus responsables, Marta Amigó, y quedamos. Le pasé y le gustó. Y pensé que podía ser un libro kilómetro cero. Las historias son muy familiares y utilizo anécdotas que han pasado en mi pueblo. Lo he hecho con mucho amor, esta novela. Y vi que La Musca también le pondría.

Está preparando una segunda novela, que dicen ser más difícil que la primera.

Yo también lo creo. Creía que si habías escrito una novela ya eras escritora, pero no. Estoy en el mismo punto que cuando empecé, pero ya no tengo ese elemento de procrastinación que se llama Escuela de Escritura. Tengo muchas cosas en la cabeza, historias muy bonitas, distintas deEl secreto de la Armonía, pero da miedo volver a ponerse.