"La inteligencia artificial es una nueva religión dirigida por ignorantes"

BarcelonaEn Jeanette Winterson (Manchester, 1959) siempre le ha gustado la noche y todo lo que conlleva: la oscuridad, el misterio y los fantasmas. Aunque los espíritus, benévolos o vengativos, ya hayan aparecido en algún libro suyo, no ha sido hasta ahora que la autora británica les ha dedicado un libro entero, Días de fantasmas (Lumen). Incluye "trece relatos de tema sobrenatural desvinculados del género de terror", según explica la autora, que participará este sábado en el festival Kosmopolis del CCCB, el mismo lugar en el que presentó Frankisstein (Periscopio/Lumen) en 2019, meses antes del confinamiento.

"En cuatro años el mundo ha empeorado mucho –comenta–. Me preocupa que nos estemos acercando a una guerra global, y también que lleguemos a un punto de desestabilización del planeta tan grande que ya no haya vuelta atrás. Los humanos siempre pensamos que algo nos salvará, sea la economía, la industria o la tecnología, pero somos una especie que busca el suicidio colectivo. Basta con mirar atrás en la historia: el deseo de muerte se encuentra en todas las culturas que conozco" .

Necesitamos una segunda oportunidad

Winterson sabe cómo darle la vuelta o actualizar temas literarios recurrentes. En el caso de cuentos de fantasmas, lo hace a partir de la conexión del más allá con la inteligencia artificial y otras nuevas tecnologías. En uno de los relatos, App-aparición, una viuda recibe la visita de su difunto marido a través de una aplicación móvil. "Si hay algo que necesitamos los humanos es una segunda oportunidad –dice–. Los fantasmas pueden manifestarse de formas muy diversas: se nos aparecen en casas encantadas, pero también a través del mundo virtual". Winterson investigó la inteligencia artificial en 12 bytes. Cómo vivir y amar en el futuro (2021), y aunque su visión "quiere ser optimista", no encontró muchas virtudes. "La inteligencia artificial es una nueva religión dirigida por ignorantes –comenta–. Quienes mandan no tienen en cuenta ni la cultura ni la historia, que son fundamentales. Pensar que esa gente está definiendo nuestro futuro me deprime profundamente". La escritora es partidaria de redefinir el sistema educativo para orientar el mundo hacia un sitio mejor: "La hiperespecialización ya no sirve –asegura–. Los estudios de humanidades deberían incluir asignaturas de tecnología y ciencia, y viceversa. Ahora mismo hay muchos médicos que no saben tratar a sus pacientes. Si hubieran estudiado algo de arte y de filosofía, su actitud sería otra".

A Días de fantasmas, Winterson entrelaza la ficción con cuatro relatos autobiográficos donde explica algunas de sus encuentros sobrenaturales. La primera fue cuando tenía cinco años y vivía en Manchester con sus padres. Una de las últimas fue en el 2015, poco después de la muerte de su amiga y escritora Ruth Rendell. "Lo mejor que puedes hacer cuando vives una experiencia inexplicable es reconocer que no la puedes racionalizar –dice–. Reírme o negarlo me parecen malas opciones. Quizás son sólo una locura, pero cuando has tenido experiencias así tienes que convivir el resto de tu vida. Las personas religiosas lo aceptan mejor porque tienen presente el más allá. Estos últimos años he conocido a gente joven que no cree en Dios y, en cambio, sí cree en los fantasmas".