El inventor hiperactivo que dio el nombre a Siemens
Werner von Siemens fue el fundador del gigante industrial, que cuenta con más de 300.000 empleados
En el municipio metropolitano de Cornellà de Llobregat hay una calle dedicada a Lluís Muntadas y Rovira, un empresario de finales del siglo XIX al XX. Su apellido nos remite a una de las dinastías textiles del país, los propietarios de La España Industrial, pero él tenía sus propios planes. Ignoró al sector del algodón y se hizo ingeniero experto en electricidad, para acabar montando una gran empresa llamada La Industria Eléctrica. Más tarde fundaría también la mítica Lámparas Z.
¿Por qué empezamos hablando de Muntadas en un artículo sobre Siemens? Pues porque este empresario fue el hombre clave para que la compañía alemana se instalara en Cataluña tan pronto como en 1910. Una fusión entre La Industria Eléctrica y Siemens sirvió para crear una firma conjunta llamada Siemens Industria Eléctrica que se ubicó en Cornellà, justo donde continúa ahora, más de un siglo después de esa llegada. Por cierto, Siemens en alemán se pronuncia más o menos como nosotros diríamos zimenes.
Pero volvamos atrás en el tiempo para reconstruir la vida del fundador de la multinacional alemana. Viendo que sus padres no podían pagarle la carrera de ingeniería, Werner von Siemens tomó la decisión de alistarse en el ejército prusiano para conseguir allí la formación de ingeniero. Aprovechó el tiempo, porque llegó a teniente de artillería a la vez que experimentaba con todo tipo de maquinaria. Aprendió tanto que en 1847, todavía en el ejército, fundó una primera compañía para fabricar líneas de telégrafo que sería el embrión de la Siemens.
Aquella empresa se llamaba Telegraphenbauansalt von Siemens & Halske, o sea, Empresa Constructora de Telégrafos. Él y su socio Johann Halske contaron con el apoyo financiero de un primo banquero de Siemens. El negocio iba tan bien que pudo colgar el uniforme un par de años más tarde para dedicarse únicamente a la dirección de la compañía, que no tardó en instalar líneas telegráficas por buena parte del continente europeo (Rusia, Francia, Austria e Inglaterra). Pero Siemens no se detuvo en el territorio continental, porque una invención suya que permitía aislar los cables eléctricos resultó clave para empezar a desplegar los primeros cables submarinos.
Su empuje e inventivo no tenían freno: hizo evolucionar el telégrafo para que tuviera más usabilidad (1846), creó un nuevo tipo de dinamo (1866) y diseñó la primera locomotora eléctrica (1879) y el primer ascensor también eléctrico (1880) , antes eran hidráulicos o de vapor), entre otras muchas cosas. Se consideraba más inventor que empresario. En medio de este frenesí investigador también tuvo tiempo para ejercer de diputado en el Parlamento de Prusia (1862-1866), para ascender al estamento nobiliario -añadió la partícula von a su apellido- y para casarse un par de veces, el segundo con una prima lejana.
En 1889, cuando dejó el día a día de la empresa que había fundado, la compañía ya empleaba a 5.000 trabajadores. Murió sólo tres años más tarde, víctima de una neumonía, curiosamente sólo dos días después de que a muchos kilómetros de Berlín, en El Ferrol, naciera otro que acabaría influyendo sobre millones de vidas, pero en sentido negativo.
Han pasado más de 200 años del nacimiento de Werner von Siemens y 175 de la creación de la compañía alemana, que sigue viva, con más vigor que nunca: más de 300.000 trabajadores, 68.000 millones de euros de facturación anual e infinidad de filiales repartidas por medio mundo que se dedican a negocios tan diversos como la electrónica, la industria digital, las infraestructuras, la maquinaria médica, la movilidad e incluso el inmobiliario y los servicios financieros, entre muchos otros (por ejemplo, en España son los propietarios de Gamesa, la empresa que fabrica los aerogeneradores de los parques eólicos).
Los máximos accionistas son la familia Siemens, que están representados en el consejo de administración por Nathalie von Siemens y que acumulan un paquete valorado en 6.800 millones de euros.
