Lamborghini presenta al Temerario, el sustituto del Huracán con casi 1.000 CV
Con esta potencia, el nombre es casi una definición del mismo coche
Normalmente en verano, y especialmente en agosto, suele ser poco activo en el mundo de la automoción. Bien, de hecho casi todo el mundo se detiene, pero habitualmente cuesta encontrar noticias de motor relevantes porque las marcas no suelen presentar ninguna novedad. Pero este año Lamborghini ha querido hacer una excepción presentando en el concurso de elegancia de Pebble Beach lo que tal vez sea su modelo más importante de la década, ya que tiene la complicadísima misión de sustituir al Huracán. Y el resultado es el que puede verse en las imágenes, el nuevo Temerario.
Se trata de un superdeportivo que sigue los pasos del Revuelto (que en su día fue el primer híbrido enchufable de la marca italiana) apostando por una mecánica PHEV de casi 1.000 CV. Pero en este caso, a diferencia de lo que ocurrió con su hermano mayor, que mantuvo el motor V12, renuncia al bloque V10 para utilizar un V8 biturbo. Sea como fuere, potencia no faltará.
Diseño agresivo y, en parte, continuista
Lamborghini es una marca que se caracteriza por realizar diseños deportivos, agresivos ya menudo inverosímiles, pero cuando se trata de dibujar los modelos más vendidos del fabricante italiano el lápiz de los diseñadores se suaviza para dar lugar a coches imponentes pero que de una forma o otra puedan agradar a casi todo el mundo. Y eso es precisamente lo que es el Temerario, un deportivo que lleva un paso más allá la estética del Huracán pero que mantiene su característica forma de cuña que tantos logros ha dado a la marca de Sant'Agata Bolognese.
La vista frontal es, por tanto, muy estilizada y luce una caída muy marcada. Aquí los elementos protagonistas son las ópticas, mucho más finas que antes, y las luces diurnas en forma hexagonal que encontramos en los laterales. La vista lateral es ahora algo más agresiva que la del modelo anterior porque, por delante de las ruedas traseras, encontramos unas entradas de aire más imponentes, así como unas llantas de gran tamaño. Por último, cabe destacar el diseño de la parte trasera, tal vez la más polémica de todas, que también introduce las formas hexagonales tanto a los pilotos como a la salida de escape central.
Si nos fijamos en el interior, vemos una gran actualización más que una renovación completa, aunque esto es más bien porque el habitáculo del Huracán ya se había actualizado en profundidad anteriormente. Sea como fuere, aquí las formas geométricas siguen siendo las protagonistas, así como la digitalización. Y es que, detrás del volante, vemos una pantalla que hace de instrumentación digital, en la consola central encontramos otra en disposición vertical y, como es ya habitual en Lamborghini y hace tiempo que lo es en Ferrari, el copiloto también dispone de un monitor para consultar algunos datos del vehículo.
Adiós al motor V10, hola al V8 biturbo
Lamborghini ha dejado de utilizar definitivamente el mítico motor V10 de 5.2 litros que ha dado vida a modelos como el Huracán o el Gallardo para pasar a equipar una mecánica más pequeña, pero que recibe la ayuda de un sistema eléctrico para aumentarlo las prestaciones. Y el resultado es verdaderamente imponente: el bloque V8 de 4.0 litros desarrolla una potencia de 800 CV y es capaz de alcanzar las 10.000 rpm, pero por si estas cifras no fueran suficientes la marca italiana ha optado por aportar un extra de potencia a través de tres motores eléctricos.
Uno de ellos está situado directamente en el mismo motor y le permite hacer de motor de arranque y generador, y puede mover las ruedas traseras del coche. Por su parte, los otros dos están atados a las ruedas delanteras y alimentados por una batería de 3,8 kWh. El resultado es una potencia máxima de 920 CV si utilizamos los modos de conducción Sport y Corsa, mientras que si utilizamos la Strada la cifra baja a los 800 CV y si optamos por el Città (sólo eléctrico) dispondremos de 190 CV.
Las prestaciones son increíbles: acelera de 0 a 100 km/h en 2,7 segundos y alcanza los 340 km/h de velocidad máxima. Todo ello comandado a través de un cambio de marchas automático de doble embrague y ocho velocidades que hace del Temerario una verdadera joya de la ingeniería. Una joya que todavía no tiene precio, pero que seguro ha logrado cautivar a muchos clientes adinerados tanto en el concurso de elegancia de Pebble Beach como en todo el mundo en general.