Lluís Llach es escogido finalmente presidente del ANC
Noemí Zafra, también de los críticos, no ha sido elegida vicepresidenta hasta la tercera votación
Barcelona"Si vienes conmigo, no pidas un camino llano, ni estrellas de plata, ni un mañana lleno de promesas, sólo un poco de suerte, y que la vida nos dé un largo camino". Como si de una profecía se tratara, Lluís Llach ha vivido en primera persona lo que cantaba en Que tengamos suerte en su desembarco en la presidencia del ANC. Sin embargo, desde este sábado ya es oficialmente nuevo presidente de la entidad tras obtener el apoyo de 48 de los 72 secretarios. La travesía para convertirse en el máximo dirigente de la entidad, eso sí, ha sido muy empinada. En la asamblea más accidentada de su historia, el cantautor ha necesitado dos sesiones para hacerse suyo el trono de la organización en una situación que nunca se había producido. Este sábado, sin embargo, finalmente, se ha desbloqueado la situación después de que hace siete días ni Llach, ni Josep Punga, el candidato de la dirección actual, consiguieran obtener el apoyo de dos tercios de los secretarios.
Sea como fuere, la reanudación del pleno de constitución del nuevo secretariado nacional ha tenido lugar con el mismo ambiente enrarecido que el anterior. Para empezar, cómo avanzó el ARA, la dirección saliente no ha podido hacer nada para que la votación no se reanudara en la sexta votación, cuando Punga retiró su candidatura y sólo quedaba Llach como candidato. La mesa electoral, en la que dos de los tres miembros son reformistas, Julià de Jòdar y de Xavi Aibar, ha tirado por el derecho y sólo se ha permitido que se votara la candidatura de Llach.
La elección de la vicepresidencia sí ha vuelto a poner de manifiesto la lucha entre ambos sectores, como ha avanzado el ARA. Por último, en la tercera votación ha sido elegida Noemí Zafra, ex coordinadora de la entidad en Sabadell y contraria a presentar candidatura al Parlament. En la pugna se enfrentaba a Uriel Bertran, coordinador de la comisión de estrategia y discurso y máximo defensor de la lista cívica, que se ha retirado, aunque en las dos primeras votaciones había aguantado porque su rival no había llegado en los dos tercios de soportes. Bertran ya debía ser vicepresidente en el segundo año de la presidencia de Dolors Feliu, pero renunció a ello en un gesto hacia Jordi Pesarrodona tras la dimisión de una quincena de secretarios por el impulso de la lista cívica.
La otra pugna ha sido por la tesorería, donde Jaume Valls, también de la corriente crítica, se ha impuesto a Joan Freixenet, que votó a Punga hace una semana, después de que este último se haya retirado en la segunda votación. Para la secretaría, en cambio, sólo se ha propuesto a la exmagistrada Sílvia Ventura, también reformista. De esta forma, los cuatro cargos orgánicos pasan a estar controlados por los hasta ahora críticos, que han dejado, como querían, sin representación la dirección saliente.
Llach se convierte en el sexto máximo dirigente de la entidad desde su constitución en el 2011, cuando una desconocida Dolors Marín cogió las riendas de una organización todavía en construcción. Ahora Llach coge a la entidad en plena polémica por haber pagado fuera de plazo las cuotas de socio para poder optar a la presidencia y con una dirección dividida, a pesar del control de la cúpula, en la que no será fácil recosir las heridas abiertas. La corriente que encabeza la dirección saliente considera que Llach y otros miembros del secretariado quieren convertir a la Asamblea en un submarino de Junts, mientras que los hasta ahora críticos les acusan de querer intentar volver a presentar batalla en el Parlament.
Declaración de intenciones
"Casi me honra que haya sido tan discutido", recalcó Llach esta tarde como valoración de las largas votaciones. Tras ser elegido presidente, ha atendido a los medios esta noche para explicar que desde el ANC trabajarán para "condicionar" a los partidos políticos y que sientan su "presión" para caminar hacia la independencia. Para alcanzar este objetivo ha prometido "comunicación bidireccional" entre dirigentes y bases, a las que ha prometido vehicular sus metas. "Queremos practicar la desobediencia civil, queremos practicar la confrontación con el Estado", añadió. Llach también ha anunciado que se implicará en luchas sociales y con colectivos en apuros, empezando por sumarse a la protesta del campesinado de este lunes, con el fin de "apoyar a los agricultores en sus problemas". Asimismo, pidió que el independentismo evite que el primer secretario del PSC, Salvador Illa, acabe siendo investido como presidente de la Generalitat.