Los críticos quieren reanudar la votación en la presidencia del ANC sólo con Lluís Llach
Este sector considera que Josep Punga, el otro candidato, se excluyó de la carrera al retirarse
BarcelonaLa guerra abierta entre los críticos y la dirección del ANC no parece que deba detenerse. Los reformistas quieren reanudar la votación en el punto que se dejó el pasado sábado, cuando Josep Punga decidió retirar su candidatura y solo estaba Lluís Llach como presidenciable, pero ni así pudo ser escogido. La convocatoria del pleno del próximo sábado que se ha enviado este martes, según ha podido saber el ARA, no hace referencia a las candidaturas y se limita a informar que se continuará con el mismo orden del día, pero la voluntad de los críticos es excluir Punga de la carrera. "Ahora sólo tenemos un candidato a votar y le faltó sólo un voto. El sábado continuaremos donde nos quedamos y ya tendremos todos los votos", asegura un miembro de este sector.
Una decisión que pondría más leña al fuego en la batalla para renovar la dirección de la entidad, que se bloqueó por el enrocamiento de ambas partes a realizar ninguna concesión. Los críticos no quieren a ningún opositor a la dirección y el sector oficialista reclama presencia para cobijar todas las sensibilidades porque temen que la ANC pase a ser controlada por Junts después de que Llach y otros secretarios hayan mostrado su apoyo a Puigdemont en las elecciones. Y Punga, el candidato inesperado que hace frente a Llach, no descarta volver a postularse de presidente. "Está todo abierto, podría presentarme, pero la pelota está en el tejado del candidato que, por ahora, queda. Todo depende de si sale de su inmovilismo y rigidez y se abre a buscar la confianza de las sensibilidades que de momento no le están dando. En función de este paso tomaré una decisión buscando siempre el consenso y el acuerdo para realizar una Asamblea fuerte que sea de utilidad para el país", advierte en conversación con el ARA el joven economista.
El reglamento interno no estipula qué hacer en este supuesto porque nunca hasta ahora se había aplazado la elección del presidente en los doce años de historia de la entidad. El reglamento establece que "el presidente de la mesa electoral dirimirá en primera instancia los conflictos menores que puedan surgir" y que "si no hay acuerdo con los otros dos miembros de la mesa", la resolución debe adoptarla la junta electoral. La dirección interina de la ANC tiene cuesta abajo, sin embargo, que la mesa electoral se pronunciará a favor de los reformistas. No en vano, el presidente de la mesa es Julià de Jòdar, como secretario de mayor edad, y forma parte de este sector, y uno de los dos candidatos más jóvenes, Xavi Aibar, también, lo que ya les otorga la mayoría sin la necesidad de recurrir a la junta electoral. Y De Jòdar ya ha hablado abiertamente en las redes que solo hay un candidato a votar.
Que no se haya especificado en la convocatoria del pleno que la votación se reanudará tras la quinta votación, que impidió por los pelos que Llach fuera nombrado presidente (45 votos favorables, 21 blancos, 1 nulo y 1 abstención ), es interpretado por el sector oficialista como un intento de cogerlos a contrapié. "Quieren evitar el debate público al respecto y cortarle las alas por sorpresa el sábado y que Punga y otros secretarios cercanos abandonen el pleno. Esto haría presidente a Llach y así evitarían problemas a las votaciones de los otros cargos", afirma una ex secretaria de esta corriente.
El precedente en la pugna Liz Castro - Jordi Sànchez
No es la primera vez que se llega a una situación de bloqueo en la presidencia del ANC. En 2016 Jordi Sànchez fue reelegido como presidente de la Asamblea después de una disputa con Liz Castro, que por segunda vez había sido la candidata que había recibido más votos de los socios. Después de que en la primera votación el entonces presidente obtuviera 42 votos y la escritora 33, sin lograr el apoyo de dos tercios de los secretarios, antes de la segunda votación, ambos candidatos y la mesa aceptaron que el candidato más votado fuera escogido. Sánchez se impuso a Castro por un margen aún más estrecho de votos, 40 a 35, pero pudo revalidar el cargo porque ninguno de los presentes secretarios impugnó su elección, lo que habría invalidado la votación.
"Me ha hecho mucha ilusión que se haya presentado a la presidencia [Punga] y que no se haya rendido, y que los demás secretarios se hayan negado a apoyar a Llach incluso cuando no había otra opción", ha escrito Castro en un apunte en su blog esta semana. Y ha añadido con relación al día que se retiró de la carrera: "Hace 9 años de ese día, y aún desearía haber actuado como Punga, con más valentía, y menos preocupación por hacer unidad tras un candidato malo y procesista" .