Las madres no monógamas también existen

La historia de amor de Anna Magde, divulgadora

2 min
Hace poco, Anna y Luis fueron padres de una niña

Anna Magde es una de las pocas madres no monógamas –tiene relaciones con más de una persona y el conocimiento de todas ellas– que habla abiertamente de su experiencia en Instagram. Desde su cuenta @desvelandoaladiosa hace divulgación sobre diosas, mitología y, también, sobre las diferentes formas que pueden tener las relaciones sexoafectivas. El mundo de las relaciones no monógamas, explica, lo conoció de la mano de Luis, el padre de su hija.

"Nos conocimos en el 2018 en un ciclo de talleres de crecimiento personal en el que él era de los pocos hombres que asistían, una situación bastante habitual", explica Anna. Un día, después de uno de estos talleres, el grupo hizo una cena y Luis fue el único hombre que se presentó. "Solo había una silla vacía a mi lado, y así es como empezamos a hablar", recuerda Anna. Conectaron enseguida: fue tan intenso que durante los cinco días siguientes se vieron todos los días. "De él me atrajo que es una persona muy consciente. La pareja muchas veces es un espejo que te hace ver tus propias heridas y te permite trabajarlas. Creo que gracias a ello juntos hemos crecido mucho", celebra el Anna, con mayor perspectiva.

En ese momento, cuando empezaban a conocerse, Anna pensaba que tendrían una relación tradicional, pero él le explicó que él era no monógamo y la invitó a explorar este modelo. "Al principio tener una relación abierta me dio miedo. La decisión desde el miedo hubiera sido dejarlo allí, pero empecé a pensar en mi pasado y me di cuenta de que siempre me había enamorado de más personas. Si allí allí pensaba, era poliamorosa desde los 18 años, así que decidí probarlo".

Entonces, dice Anna, todavía no tenía las herramientas para gestionar una relación de este tipo, así que fueron poco a poco. Los primeros 17 meses fueron para gozar del enamoramiento inicial y para construir confianza y seguridad. "Me dio tiempo para sentirme muy sostenida y querida. A partir de ahí, empezamos a construir la casa por los cimientos, trabajando desde la vulnerabilidad, hasta abrir la relación".

Hace poco, Anna y Luis fueron padres de una niña, lo que les ha supuesto un nuevo reto. "La maternidad nos ha cambiado en el sentido de que el tiempo disponible se ha reducido mucho", explica. Por eso, en esta primera etapa de la bebé, el tiempo con los demás vínculos es compartido. "Nos vienen a ver y estamos en comunidad, no hemos cortado las relaciones. Volveremos a tener tiempo solo con los demás vínculos cuando tengamos tiempo para estar solos", señala Anna, que celebra que su hija crecerá con una red de personas "que le amarán mucho y le enseñarán que el amor puede tener muchas formas".

stats