Hablemos de dinero

Marc Lesan: "Somos de una generación que ha envejecido a doble velocidad"

El joven comunicador de Nou Barris detalla qué relación mantiene con el dinero y el trabajo

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Marc Lesan, en una imagen de archivo.

BarcelonaEl creador de contenido Marc Lesan, nacido en Barcelona y residente en Nou Barris, es hijo de una familia obrera y define su vida como “normal y proletaria”. “De pequeño nunca tuve semanada, pero recuerdo que una Navidad vi un anuncio de un coche por cien euros. Pensé que podría comprarlo con los ahorros, pero la magia duró poco porque era sólo la entrada para financiarlo”, rememora Lesan.

Lesan ha cursado estudios de comunicación audiovisual y se dio a conocer en las redes sociales gracias a YouTube. Como creador, estuvo un tiempo colgando contenido en castellano, pero después de publicar un vídeo sobre el abandono del canal 3XL por parte de TV3, que se convirtió en viral, empezó a formar parte del ecosistema de creadores en catalán. “Todo esto me permitió entrar en una rueda y empezar a trabajar en el mundo de la comunicación. Es un nicho en el que poco a poco he ido haciendo una red y hay oportunidades”, relata.

Lesan siempre ha trabajado en el mundo audiovisual, sea para productoras o por cuenta propia: “Empecé haciendo de community manager para programas o festivales, de guionista, ayudante técnico de rodajes… He visto situaciones muy miserables en esta industria, yo mismo firmé un contrato laboral en un McDonald's”. Lesan señala que la estabilidad laboral es inexistente, ya que en la práctica el sector se mueve muchas veces por contratos de obra y servicio, y que siempre se vive "con desazón". "Tienes contratos para una temporada y en verano vamos todos al paro porque no sabemos si renovaremos, pero es una situación generalizada y yo todavía tengo suerte", expresa Lesan.

Pese a tener “una corta vida laboral”, Lesan también explica que tuvo que ser autónomo durante una época para poder cobrar: “Mis padres son administrativos y me ayudaron mucho porque no tenía gestor. A ellos un Excel les divierte ya mí me aburre mortalmente”. Lesan, por su parte, considera que sí sabe administrar su dinero, pero que de vez en cuando debe revisar la parte de cobrar facturas pendientes. “Tengo una almohada por si viene un cataclismo inminente e intento ayudar en casa también económicamente”, detalla.

Actualmente, Lesan trabaja como community manager del programa ¿APM?, trabajo que combina con sus proyectos personales. “Tengo veintitrés años y ya siento que he llegado al punto de renunciar a proyectos porque no puedo llegar a todo. Somos de una generación que ha envejecido a doble velocidad porque mucha gente de mi edad tiene varios trabajos y, sin embargo, no llega a fin de mes”, denuncia. En esta línea, Lesan también matiza que es "un poco obsesivo" con el trabajo y que la frontera en redes sociales entre la vida personal y la profesional es difusa: "Somos de perfil creativo ya veces no salimos de la rueda de crear contenido" .

Uno de los principales proyectos de Lesan es el podcast La Arrabassada, que presenta junto con Iñaki Sola y Oriol Lapeira. El programa, producido en catalán desde Nou Barris, es estos días uno de los más escuchados del Estado: “Es un hobby. Hemos tenido algún patrocinador puntual, pero todo el equipamiento es nuestro y es autoproducido por completo”. El podcast cuenta con un discurso de clase y reivindicativo muy marcado, y Lesan considera que esto puede haberle cerrado puertas a título personal, pero que el éxito de ahora "es una historia muy bonita".

Sobre sus mejores inversiones, Lesan revela que tiene una pequeña colección de camisetas de fútbol y que, antes de que la ropa vintage se convirtiera en moda, encontró algunas “joyas” que ha vendido con el tiempo: “Soy bastante freak de este mundo y revend una por 200 euros a un coleccionista francés, cuando yo la había comprado por veinte en una tienda de la calle Tallers. Con esto me llegué a pagar un teléfono móvil”.

De cara al futuro, Lesan confiesa que no piensa demasiado a largo plazo. "El sector audiovisual en este país es paupérrimo en cuanto a derechos laborales y dentro de unos meses se me acaba el contrato, como mucha gente", relata. "No sé cómo plantearme el futuro", concluye.

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