Marina Rossell: "Con Moustaki tuvimos una amistad y una relación amorosa y libre hasta su muerte"

La historia de amor de la cantante con el cantautor francés

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Marina Rossell, Georges Moustaki, Maria Dolores Pradera y Paco Ibáñez

La cantante Marina Rossell siempre se había sentido maravillada por el cantautor Georges Moustaki. Le impresionaba que fuera hijo de tantas culturas. “Él llevaba dentro de la cultura griega, la italiana, la francesa… Nació en Egipto, en Alejandría, y era árabe y judío”, explica por teléfono Rossell unos días antes de irse a Francia a cantar. “La multiculturalidad se le notaba en su forma de ser. Era un libre pensador, y eso era lo que me atraía de él”, recuerda.

Lo conoció personalmente a través del cantautor valenciano Paco Ibáñez, quien los presentó. Georges Moustaki empezó a invitarla a cantar con él, en el Palau de la Música cuando venía a Barcelona y en Niza cuando volvía a su hogar.

Marina Rossell fue a grabar un disco en Francia con músicos franceses y coincidió tres meses en París con Moustaki, que en esa época vivía en la capital francesa. Fue entonces cuando convivieron más y construyeron una amistad que perduró toda su vida. “Fuimos amantes ocasionales. Tuvimos una amistad y una relación amorosa y libre hasta su muerte. Nuestras parejas lo sabían, aunque él no tenía muchas parejas fijas”, recuerda Rossell.

Conocerlo fue impactante porque "lo tenía mitificado" y, sin embargo, le maravilló descubrir que Georges Moustaki era una persona con "una mezcla fascinante de vulnerabilidad y fortaleza". "Es una mezcla difícil de encontrar y, cuando está ahí, es muy bonito porque se despliegan muchísimas sensaciones". "El amor a veces es algo tan sencillo como que te guste la forma de pensar de alguien y su manera de estar en la Tierra", señala la cantante, que añade: “No sé si puedo definir el amor, porque en cada situación nace una manera de amar, y no todas las formas de amar son iguales, cada uno tiene la suya, muy privada y muy íntima. Para mí quizás amar bien sería respetar al otro”. El amor, reflexiona, también es “ponerte delante de un paisaje y verlo igual, sentir lo mismo, delante de un paisaje bucólico o de un paisaje humano”.

La música, dice la cantante, "provee una sensación de bienestar, y el amor también". Para ella, dos de las personas que mejor han cantado el amor son Édith Piaf y Billie Holiday. En catalán, se queda con Velas y vientos de Raimon cantando Ausiàs March y, para sentir el desamor, Morir de un rayo, que Rossell incluyó en el disco 300 gritos.

Cuando Georges Moustaki murió en el 2013, a sus 79 años, la cantante sintió que perdía "una persona muy valiosa" en su vida. El cantautor grecoegipcio fue a tiempo, un año antes de su muerte, de oír algunas de sus canciones versionadas en catalán por Rossell, una promesa que le había hecho y que cumplió en el disco Marina canta Moustaki.

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