'EPIC FAILS'

Cómo matar a un competidor: El asesinato de Meerka

Marc Amat
2 min
Cómo matar a un competidor: El asesinato de Meerkat Massa quis enim. Donec pede justo, fringilla velo, aliquito nec, Vulputate eget, arcu. In enim justo, rhoncus ut, imperdiet a, venenatis vitae, justo. Nullam dictum felis eu pede mollis pre Tium. Integer tincidunte. Cra S dapibus. Vivamus elementum semper nisis. Aenean vulputado y eleifend tellus. Aenean leo ligula, “Las expectativas del mercado casi nunca obedecen a la realidad –recuerda Frederic Guerrero-Solé, investigador en redes sociales–. Meerkat nunca logró superar una fase imprescindible para consolidarse: ser aceptada por el mercado y llegar a ser utilizada de forma masiva y continuada por sus usuarios”, remacha.

Cuando estalla la primavera, las grandes avenidas de Austin, una de las principales ciudades de Texas, se convierten en auténticas riadas de modernitos. Circulan de un lado para otro, con las miradas clavadas en sus móviles de última generación y mostrando con gran orgullo las tarjetas que les acreditan como asistentes del South by Southwest, uno de los festivales de música, cine y nuevas tecnologías más prestigiosos del mundo. Los impulsores de proyectos discretos saben que es el contexto perfecto para dar a conocer sus creaciones. En 2007 los asistentes se enamoraron de la poco conocida Twitter, hicieron correr su voz y la catapultaron al éxito; en el 2009 ocurrió lo mismo con Foursquare, y la historia se repitió en el 2015, con Meerkat, una rompedora plataforma para dispositivos móviles que permitía retransmitir vídeo en directo a través de Twitter. “Fue uno de los primeros intentos serios de crear una plataforma de vídeo en streaming con el móvil como dispositivo”, explica Òscar Coromina, coordinador del máster en comunicación y marketing digital de la UAB.

Hacía tan sólo quince días que Meekat había llegado a las tiendas de aplicaciones y la prensa especializada ya la había dejado por las nubes. Ben Rubin, el arquitecto israelí de 27 años que le había ideado, vivía un sueño. Durante los días del festival, las descargas se dispararon: la aplicación llegó a superar los 100.000 usuarios. "El momento era el idóneo: se habían extendido los teléfonos móviles de última generación que permitían capturar vídeo de una gran calidad, y la red 4G se había consolidado plenamente", contextualiza Frederic Guerrero-Solé, investigador en redes sociales de la UPF.

Pero la alegría de Meerkat empezó a desvanecerse enseguida. Mientras el congreso estaba en marcha, Twitter emitió un comunicado demoledor: había decidido prohibir que la plataforma de Rubin pudiera generar automáticamente tuits con el enlace necesario para permitir a los usuarios acceder a los vídeos en directo. Realmente, la decisión era esperable: la red del pajarito había comprado recientemente Periscope, una plataforma muy similar a Meerkat, y no quería que le robara terreno. El emprendedor israelí, que ya esperaba la jugada, implantó enseguida diversas modificaciones, como la posibilidad de crear directamente un perfil de usuario en su plataforma y poder buscar a personas sin tener que pasar por Twitter. De hecho, con los cambios bajo el brazo, la masa de usuarios siguió creciendo (un 30%, según la empresa) y Meerkat logró una inyección de 12 millones de dólares de varios inversores. Pero la aplicación, paulatinamente, fue cayendo en el olvido. El 4 de octubre de 2016 su fundador anunció que tiraba la toalla.

En el fondo, ya pesar de no parecerlo en un principio, la compra de Periscope por parte de Twitter acabó matando a Meerkat. “Cuando una red con 330 millones de usuarios mensuales pasa a integrar una funcionalidad como la del vídeo en streaming, deja de tener sentido utilizar una alta plataforma si no ofrece un valor diferencial muy claro”, analiza Bernat Gimeno, consultor en marketing digital.

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La lección

“Las expectativas del mercado casi nunca obedecen a la realidad –recuerda Frederic Guerrero-Solé, investigador en redes sociales–. Meerkat nunca logró superar una fase imprescindible para consolidarse: ser aceptada por el mercado y llegar a ser utilizada de forma masiva y continuada por sus usuarios”, rebela.

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