Un menú más sostenible: menos carne y más legumbres
La producción de alimentos es responsable de una cuarta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero
Además de la crisis climática generada por la quema de combustibles fósiles, la otra gran crisis ecológica de nuestros tiempos es la de la biodiversidad, que está generando la sexta extinción masiva de especias. La principal causa es la sobreexplotación de los recursos naturales, especialmente la gran cantidad de tierra que los humanos hemos deforestado para hacer crecer nuestros alimentos. La mitad de la tierra habitable ha estado ocupada por la agricultura, y tres cuartas partes de ésta por la ganadería. "El problema no son los ingredientes, sino cómo se han producido. Hay que comprobar que no procedan de la deforestación, por lo que es fundamental hacer la trazabilidad de los productos y saber dónde y cómo se ha producido lo que comemos”, aseguraba Llorenç Milà i Canals, gestor del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en una entrevista reciente en el ARA.
Se estima que la producción de alimentos es responsable de una cuarta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) . La comunidad científica señala que parte de las estrategias para reducir la impronta de carbono de los alimentos implicarían apostar por la agricultura ecológica y la ganadería extensiva, además de incluir en la dieta más alimentos de origen vegetal.
Este gráfico, basado en datos recogidos por Our World in Data, ofrece una visión general de las emisiones de gases de efecto invernadero asociados a la producción y transporte de una selección de alimentos y bebidas. Unas cifras que ponen de manifiesto la impronta medioambiental de ciertos alimentos. La visualización muestra la huella de carbono de 24 productos -desde carne de ternera en la parte superior hasta manzanas en la parte inferior- y de qué etapa de la cadena de suministro provienen sus emisiones. Desde los cambios de uso, a la izquierda, hasta el transporte y embalaje, a la derecha.
Dieta sostenible
Según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, una alimentación sostenible es la que produce un impacto ambiental bajo y contribuye a la seguridad higiénico-sanitaria y alimentaria ya una vida saludable. Éstas son algunas costumbres que se pueden adquirir para reducir el impacto medioambiental de la cadena de producción.
Los frutos secos son una fuente importante de proteína con menor impacto medioambiental que la carne.
El pollo y el pescado tienen menor impacto medioambiental que la carne roja.
Frescos y de proximidad para reducir la huella ecológica. Mejor manzanas del Empordà que kiwis de Nueva Zelanda.
Es mejor merendar un plátano que bollería industrial envasada.
Es mejor comprar fruta en el mercado con una cesta o una bolsa de casa que adquirir paquetes en el supermercado.
Evita comprar en exceso. Cocina recetas que aprovechen las sobras de las comidas o los alimentos que están a punto de dañarse.