Martí Melcion: "Compro cosas lindas para dar sensación de casa en el piso compartido"
El dibujante repasa su trayectoria y explica a la Empresas su relación con el dinero

El ilustrador de cómics Martí Melcion (Barcelona, 1995) se ha criado en una familia dedicada al mundo de la enseñanza y la lengua catalana. Desde pequeño ya apuntaba maneras: "Dibujaba mucho y además hacía un estilo bastante cómico. Recuerdo que una vez calcé los países de Europa y les puse cara, ojos y manitas. Les hice una personalidad ya los adultos ya les hacía mucha gracia".
Melcion empezó a trabajar acompañado de su abuelo en la carpintería familiar. Estudió cinematografía en el Ajedrez y cuando entró en el mundo laboral se dio cuenta de que prefería apostar por el dibujo: "El momento crucial fue cuando dije: «Dejo ese trabajo de dirección de arte y me voy al vacío total». Luego es verdad que vino la pandemia de la covid-19 y me estuve comiendo los mocs. pedía nadie". Y, así, ganó renombre y una posición en el sector.
"Entonces vas combinando un trabajo de mierda con unas clases, con un encargo que busca más tu estilo. Y ahora últimamente, hace casi dos años, que sí vivo únicamente de los cómics". Lo mejor de su trabajo es, asegura, "que llegue el lunes y no estar triste": "No vivo en esa dicotomía de estar amargado hasta que llega el fin de semana que puedes salir. Me gusta mucho ser autónomo porque a mí las rutinas me amargan profundamente", explica. "La peor parte es que trabajo en mi habitación, aquí la mesa y detrás de la cama", explica el artista. De hecho, a menudo le resulta difícil separar la vida personal de la profesional.
En cuanto a la remuneración, considera que el problema no es que la profesión esté mal pagada, sino la fórmula en la que debes hacerla como autónomo: "Si a ti te pagan 300 euros por un cartel y es lo que después tienes que pagar en la cuota de autónomos, estás haciendo un trabajo que cada mes se te va porque todo lo que ganas debes pagarlo".
De hecho, el ilustrador apunta que a menudo ha tenido problemas de tesorería: "A veces sé que dentro de dos meses tendré ese dinero, pero ahora no lo tengo para poder pagar lo que debo. Así que he tenido que pedir dinero a mis padres. Luego siempre se lo devuelvo". Ésta asegura que es "la peor parte de no tener un sueldo regular cada mes". "Por ejemplo, ahora sí tengo bastante dinero en la cuenta corriente, pero, claro, tengo que pagar 5.000 euros de IVA y tengo que pagarle a mi colaborador 6.000 euros más. Quedan muy bien un tiempo unos buenos numeritos en la cuenta, pero cuando ves que la cosa decae tanto te desesperas un poco". "Lo que también me ha pasado es que la gestora cobre el IVA y me diga que le ha salido que no hay dinero suficiente en la cuenta para hacerlo", detalla el artista.
En este sentido, no considera que es un derrochador de dinero: "No me compro demasiada ropa ni soy un consumista impulsivo, pero no me estoy de ir a cenar un día o tomar un taxi de vuelta". Y la mejor inversión de dinero la hizo apuntándose en el máster de ilustración: "Fue bastante caro. Me lo pagué yo y todavía estoy pagando 100 euros cada mes".
"En el mundo en el que vivimos los pisos son tan caros que muchas veces la precariedad no es el dinero que cobras, sino todo lo que después tienes que pagar", remarca el dibujante. "Yo ahora pago 370 euros de alquiler que ya ha subido –antes pagaba menos– y vivo con otras tres personas. Y, de hecho, nos querían subir el alquiler 500 euros a la renovación del contrato. Es muy desesperante. Veo muy complicado irme a vivir solo". Y hace cuatro números rápidamente: "El mínimo para un piso serían 700 o 800 euros. Y, si tengo que pagar 300 autónomos, serían 1.000 euros por sólo existir." "Yo ahora estoy intentando que mi piso sea muy bonito aunque sea compartido, trato de comprar cosas lindas para darle una sensación de casa", explica.
Melcion destaca que vivir el día a día es posible, pero "ahorrar y planificarse un futuro es muy complicado con este tipo de trabajos": "No sé qué banco me daría una hipoteca. Realmente da rabia que sea todo tan incierto. Incluso tener hijos es una idea muy abstracta de futuro. Creo que el mundo está mucho más pensado para entrar en una empresa a trabajar y tener un sueldo".